La señora Rosa es una mujer que se desempeña como trabajadora doméstica en Nueva York, Estados Unidos, y recibió el regalo de un departamento con dos años de alquiler pagados luego de que los residentes del edificio se enteraron que, por el coronavirus (COVID-19), perdió empleos e ingresos: se tuvo que mudar temporalmente con su hermana.
En un video de poco más de dos minutos, difundido en Twitter por el usuario Madeyousmile (@Thund3rB0lt), se explica la historia de la señora Rosa y su nuevo departamento penthouse en Nueva York: “Ella es la señora Rosa y perdió su empleo por el COVID-19. Se tuvo que ir a vivir con su hermana. Ella trabajó en este edificio por 20 años”, explica el contenido.
“Todo el mundo la ama. Entonces, decidimos agradecerle de regreso a la mujer que nos ha dado mucho a todos nosotros. (¡La señora Rosa) no tiene idea que va a tener un departamento penthouse (en Nueva York)!”
La señora y su departamento en Nueva York
Los administradores del edificio condujeron a la señora Rosa hasta el departamento en el que ella creía iba a trabajar. Ingresó, vio la hermosa vista que tenía de Nueva York, intercambió frases de aliento con los hombres que le mostraron el penthouse, mismo que le explicaron que los vecinos, unidos por el cariño que le tienen, le pagaron dos años de alquiler por su esfuerzo y dedicación.
“Esta señora trabajadora y leal limpiadora que pasó por momentos difíciles durante la pandemia en Nueva York, recibió un departamento gracias a todas las personas que vivían en el edificio donde trabajaba. Le dieron un contrato de arrendamiento de dos años”.
- Los administradores le entregaron el contrato y las llaves del departamento.
- La señora Rosa estalló en lágrimas de felicidad y se hizo viral en redes sociales.
- “Esto no puede ser real”, dijo tras recibir la noticia en la ciudad de Nueva York.
El video difundido tiene más de 88 mil “me gusta” y cuatro mil comentarios, además de que se ha compartido en más de 19 mil ocasiones. En tiempos tan difíciles como los del COVID-19, esta historia devolvió la fe en la humanidad, pues se apoyó a la señora Rosa, sumamente trabajadora, con un departamento justo en el mismo edificio en el que realiza sus labores de limpieza, en Nueva York.