Se llamaba Selene, tenía 27 años y un hijo de 3 con su asesino. Él llegó a la tienda donde Selene trabajaba y le disparó. Antes de morir ella narró la violencia que vivía con su expareja; que se mudó con su hijo a casa de su madre para sentirse más segura.
Porque en México a las mujeres no las protegemos, las matamos.
En otros temas igual de terribles, en Guerrero somos Siria. En la entidad un grupo de hombres armados llegó a una telesecundaria en Acapulco y robaron celulares, carteras, raparon a alumna y a maestras.
Hay miles de pretextos para faltar al trabajo, pero los que dejaron de trabajar por el pretexto más ridículo son los diputados de Nuevo León, a quienes visitó un murciélago y por ese motivo no continuó la sesión. No estaba bien arriesgar la vida y la integridad de los legisladores de ese estado del norte.