La tarde del pasado domingo, Silvia N. pretendía viajar con el cadáver de su hijo envuelto en bolsas de plástico y cobijas para sepultarlo en Puebla, cuando fue detectada en la Terminal de Autobuses Poniente (TAPO) por elementos de la Policía Auxiliar de la Ciudad de México.
La noticia rápidamente se colocó en las principales búsquedas de Google y la gran mayoría de los medios de comunicación retomaron la información. Martha Anaya hace un recuento de esta tragedia y reflexiona sobre las aristas de este caso.
Más allá de lo triste de esta historia, está la soledad de esta mujer& el abandono, la pobreza, qué hacemos, dónde estamos, por qué permitimos estas historias.