En medio de la tragedia, historias hermosas surgen de la desgracia. En esta ocasión la analista Martha Anaya cuenta cómo Bruno, un perro de la raza rottweiler, alertó a sus dueños del sismo del sábado 23 de septiembre, que despertó a la Ciudad de México y dejó un saldo de dos personas muertas.
Poco antes de que empezara el temblor, Bruno, rascó con su pata la puerta de la habitación principal, para avisar que se aproximaba peligro; posteriormente sonó la alerta sísmica.