Los partidos que hoy vociferan y hacen un debate ríspido están pagando las consecuencias de la reforma electoral, que no incluyó en su versión final la anulación de los institutos electorales estatales.
No hay un solo país en el mundo que tenga 33 burocracias electorales -como México-, que trabajan los 365 días del año, haya elecciones próximas o no.
Se propuso en la reforma original anular a este tipo de institutos, sobre todo por el inadmisible costo de la democracia en nuestro país.