En opinión de Luis Rubio, los mexicanos estamos viviendo unos días muy aciagos, potencialmente delicados y muy peligrosos para el desarrollo del país.
El experto reflexiona acerca del caso que sucedió en diciembre pasado, cuando el gobierno de Chihuahua detuvo en Coahuila a un individuo cercano al PRI por el cargo de peculado, y cómo al llevarse a cabo la detención en otra entidad, aunque el fin haya sido trasladarlo a Chihuahua, en estrictos términos legales, es considerada como secuestro.
Aunado al caso anterior, el analista pone sobre la mesa otro caso, donde se acusa desde el gobierno federal a unas personas por lavado de dinero vinculadas al candidato presidencial de la coalición Por México al Frente, Ricardo Anaya.
Al respecto, Luis Rubio cree que lo que estamos viviendo es un proceso de politización de la justicia y de justicialización de la política, es decir, se usa la justicia para avanzar en fines políticos y destruir a los enemigos, situación que según él, no podría acabar bien.
Además, considera que las pruebas otorgadas en este tipo de casos, provienen de testigos protegidos que nadie conoce.
En consecuencia lo que se tiene, es un gobierno de distintos niveles que utiliza los instrumentos que posee e inventa testigos para actuar en materia política sin límite alguno. Esto en su opinión, lo único que deja ver es un terreno de venganzas políticas por la vía del poder judicial.
En conclusión, Luis Rubio opina que todos los partidos políticos deben ponerse de acuerdo para dejar en claro las reglas del juego y no llegar al punto de politizar y judicializar todo al grado de destruir la legitimidad de quien gane la próxima contienda electoral, se trate de quien se trate.