Hace unos días el obispo de la diócesis de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, abordó un helicóptero de la comunidad para reunirse con un líder de la delincuencia organizada, a quien le solicitó dar paso a un proyecto que haría llegar servicios de agua y luz a la comunidad, así lo informó el mismo religioso al término de una misa en el mercado central de Chilpancingo.
Javier Solórzano considera este hecho como una situación delicada y compleja que abre diversas posturas sobre el narcotráfico y la violencia en México.
Rangel Mendoza también destacó que aprovechando el viaje, le hizo una petición al presunto criminal:
Que no hubiera más asesinatos contra candidatos en este proceso electoral.