En una democracia moderna, los políticos y los funcionarios no se mezclan. Unos se dedican a ganar elecciones, otros a sanear las finanzas, a administrar lo mejor posible la Nación y son personas a las que la sociedad nunca conoce.
Para nuestro analista, hay excepciones, como en Estados Unidos, donde la sociedad eligió votar por personajes sin experiencia administrativa como Obama, o sin experiencia política como Trump.
En México, sí hay mezcla de funcionarios y políticos, y se remonta a varios sexenios atrás.