Ana Paula Cinta asegura que las secuelas del pasado proceso electoral parecen haber dejado daños irreparables para algunos partidos, como para el PRD, fuerza política a la que, según su exmilitante Agustín Basave, las cúpulas de poder y los grupos internos la llevarán a sucumbir.
La salida de AMLO del PRD y la formación de Morena marcaron el destino del Sol Azteca, que gracias a las alianzas se ha mantenido a flote, si no hasta de la pérdida del registro estaríamos hablando, señala la analista.
Por otro lado, el PRI parece quedarse solo, sin una militancia que aparezca, sin cuadros, sin simpatizantes y sin partido satélite tras el abandono del Partido Verde.
Mientras que el PAN, tras el "autonombramiento" de Damián Zepeda como coordinador de los senadores y el arrepentimiento de Gustavo Madero por haber apoyado a Anaya, es un partido marcado por las divisiones internas y por la intención de algunos cuantos de quedarse en el poder, comenta Cinta.