El presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, ofreció perdonar todos los casos de corrupción, pero en el momento en que tome posesión, el 1 de diciembre, sostuvo que no tolerará a ningún corrupto.
En opinión de nuestra analista habrá que esperar la respuesta de la clase política, que bien podría ampararse con o sin razón y ver cómo va a actuar también la Suprema Corte, por que a fin de cuentas con su mayoría pueden cambiar la ley.
Concluyó opinando que el gobierno y Andrés Manuel todavía no tienen una estructura institucional que garantice autonomía, equilibrio y justicia para definir qué o quién es culpable.
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