Los trabajos de este grupo de pintores fueron menospreciados por no respetar las reglas de la Academia y su renuencia a realizar cuadros con temas mitológicos e históricos.
Louis Leroy, crítico de arte, nombró de manera despectiva a esta nueva corriente como Impresionismo, porque estos artistas abandonaron los cánones clásicos para pintar sus impresiones del mundo.
Fueron innovadores en el arte de su época y con el tiempo se valoró su técnica misma que buscaba plasmar la realidad y los efectos lumínicos que se reflejaban en el entorno.
A diferencia del Clasicismo prefirieron pintar al aire libre, por lo que son numerosos los cuadros impresionistas de paisajes.