Para aquellos apasionados de las nieves y los helados, en Unotv.com te traemos la historia de la Nevería Roxy, un lugar infaltable en el acontecer de la Ciudad de México. Hace 76 años, en la colonia Condesa de la CDMX, nació una fuente de sodas cuyos orígenes están íntimamente ligados a la nostalgia, al recuerdo y al sabor.
El fundador Carlos Gallardo, enamorado de la nieve de limón sin color, que vendían en La Barca, Jalisco, decidió crear una fórmula lo más parecida a la de su infancia y vendió sus creaciones en el cine Roxy, de estilo art decó y de mucha tradición en Guadalajara.
En 1946 don Carlos y su esposa María Luisa Rubio establecieron su naciente negocio en la colonia Condesa.
Nevería Roxy: una historia
La primera nevería Roxy se conoció como una fuente de sodas que apelaba a la nostalgia y a la tradición dominguera de ir a misa con la familia y degustar de un helado o nieve.
En esos años en que la modernización tocaba las puertas de la Ciudad de México, era común que el matrimonio fundador estuviera al pendiente de sus clientes y pusiera énfasis en la calidad de los productos.
Setenta y seis años después, la Ciudad de México se transformó: pasó de un millón y medio de habitantes a más de 9 millones; sin embargo, pese a su cambio, existen lugares, como la Nevería Roxy –con diversas sucursales– donde se ofrece una vuelta a la tradición, a los sabores del pasado, a esos helados y nieves artesanales que nos remontan a la convivencia con la familia, a los paseos dominicales.
Si gustas volver al pasado, nada como probar alguno de los más de 30 sabores: pistache, maracuyá, zarzamora, mandarina, sandía, macadmia, coco, vainilla o alguna banana Split o el Roxy especial.
Y pensar que su éxito nació gracias a una nieve de limón y a un cine, pues como dicen la vida es como un helado: si no la disfrutas se acaba, si no… también.