Todos los días, desde las 8:00 de la mañana, el olor a café, pan recién horneado y otras delicias de la cocina mexicana salen de una concurrida casona que desde hace 110 años se convirtió en el punto de reunión de intelectuales, famosos y otros visitantes: el Café de Tacuba.
El número 28 de la calle de Tacuba, una construcción del siglo XVII, no siempre fue cafetería: formó parte del primer hospital psiquiátrico para mujeres, atendido por monjas clarisas
Fue lechería hasta que, en 1912, el tabasqueño Dionisio Mollinedo la convirtió en un restaurante cuyo propósito era crear delicias mexicanas.
Café de Tacuba: historia
Los primeros anuncios que se observaban en los diarios de la época hacían mención de que El Café de Tacuba era único en su género; entrar en él era como sentirse en su propia casa, pues había muy buena comida, esmerado servicio y cortesía sincera.
Decorado a la mexicana, con pinturas novohispanas, mosaicos poblanos y vitrales, el Café de Tacuba se distinguió en sus inicios por su sazón y sus platillos, entre los que se cuentan las famosas enchiladas Tacuba, mole poblano, chiles rellenos, tamales, panuchos, chocolate, lengua de res, tacos playeros, manitas de cerdo, panuchos, pambacitos, tostadas, sesos y otros platillos.
Los visitantes y parroquianos refieren como uno de los grandes atractivos los muros y pinturas; algunos recrean escenas de comidas o personajes y muchas historias.
Estas paredes fueron testigos de la boda de Diego Rivera y Lupe Marín, así como de su festejo; recibieron la visita de varios de los presidentes de la República. Los muros se convirtieron en set de filmación de la película “Los hijos de Sánchez”, del novelista Oscar Lewis, cuya historia se basó en la vida de un mesero del Café Tacuba, quien hizo este relato al novelista.
No todas las historias han sido alegres: también aquí se dio el asesinato de un gobernador de Veracruz que cenaba en el local y, años más tarde, también el Café de Tacuba sufrió el incendio de su salón principal. Además, aquí nacieron algunas leyendas, como la de la monja cocinera.
El secreto del éxito
Después de 110 años de permanencia entre los antojadizos capitalinos y visitantes de todo México y del extranjero, que lo toman como punto de partida para recorrer a pie el Centro Histórico, varios se preguntan la razón del éxito para haber durado más de un siglo.
El secreto está al cruzar la puerta de Tacuba 28 y dar un viaje a un México fiel a su gastronomía y a su esencia, donde se sentirá como en su propia casa para desayunar, comer o merendar.