En algunos estados de nuestro país la sequía o estiaje amenaza a sus pobladores, esta preocupación no es algo nuevo, pues desde hace siglos en territorio mexicano para combatirla se edificaron los acueductos, los cuales se remontan a la antigua Roma; su propósito era dotar de agua desde una fuente de abastecimiento.
En Unotv.com te presentaremos los acueductos más notables de México, que con el paso de los años se convirtieron en un ejemplo de ingeniería y belleza que aún se mantiene, aunque no en todos los casos siguen funcionando para transportar agua. conoce los seis más notables: Estado de México, Querétaro, Zacatecas, Hidalgo, Michoacán y Oaxaca.
¿Para que se utilizaban los acueductos?
El acueducto es un conducto artificial para trasladar agua desde un sitio donde existe ese líquido y que pueda utilizarse en el consumo o bien también para transportar aguas residuales.
De acuerdo con el “Diccionario de la Lengua Española” de la RAE, se denomina así a un conducto de agua formado por canales y caños subterráneos, o por arcos levantados. Por ejemplo, hasta finales del siglo XIX a la Ciudad de México la abastecieron de agua los acueductos de Chapultepec y de Santa Fe y así como la metrópoli varias ciudades se beneficiaron con este sistema. Acá te presentamos los acueductos más notables:
1. El icónico Acueducto de Morelia
Una de las construcciones icónicas de Morelia sin duda es el famoso Acueducto de Morelia, que consta de 253 arcos y que corre por mil 700 metros y cuyo máximo punto elevado tiene 9 metros.
Según cuenta la leyenda, el obispo Antonio de San Miguel, el principal promotor de la construcción, pidió dinero a los españoles ricos que residían en la antigua Valladolid, después de múltiples pretextos para no prestar el dinero, tales como que estaba depositado en una bóveda en la Ciudad de México, sin embargo, le pusieron un plazo: si la obra se concluía para el 29 de septiembre, día de san Miguel Arcángel, ellos darían el dinero.
El plazo parecía imposible y más, cuando se puso a todos los trabajadores en la obra, una enfermedad obligó a parar los trabajos cuando aún faltaban ocho de los arcos; sólo que la noche previa al plazo se escucharon ruidos en el acueducto, como si estuvieran trabajando, a pesar de ello, nadie salió a verificar, se dice que un viajante que llegó a Morelia vio que la obra estaba concluida y el agua corría por el acueducto. De ahí que se considere uno de los acueductos más representativos y mejor conservados del país.
2. Acueducto del padre Tembleque
Esta magnífica obra recorre los municipios de Nopaltepec, Axapusco y Otumba en el Estado de México y Zempoala en el estado de Hidalgo, conocido por el apellido de su principal promotor, Francisco de Tembleque.
El Sistema Hidráulico del acueducto del Padre Tembleque se construyó en el siglo XVI, otra muestra más de los lugares en México que son Patrimonio de la Humanidad; se edificó para captación de agua y fuentes que cuentan con una red de canales, depósitos y acueductos.
El 5 de julio de 2015 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. El Acueducto del Padre Tembleque tiene más de 48 kilómetros de extensión e incluye seis secciones, entre las que destaca la Arquería Mayor o Arcos de Zempoala, con 904 metros de longitud y casi 39 metros de altura.
Por su esfuerzo y majestuosidad se considera la obra de ingeniería hidráulica más importante de la época virreinal.
3. El acueducto de Xalpa en Tepotzotlán
Esta obra también se conoce como Arcos de Xalpa, Arcos del sitio o Acueducto de Tepotzotlán, una obra que dio inicio en el siglo XVIII, la obra destaca por su majestuosidad.
Tiene 43 arcos, en cuatro niveles, se atribuye a la comunidad jesuita del Colegio de San Francisco Xavier, lo que hoy es el Museo Nacional del Virreinato; la intención de la obra era llevar agua desde la sierra de Tepotzotlán a la hacienda Xalpa.
Debido a la expulsión de la orden de los jesuitas, la obra estuvo inconcluso hasta que se terminó en el siglo XIX.
4. Acueducto de Querétaro
Ya desde el siglo XVII había quejas de los pobladores sobre localidad del agua en Querétaro, algunos afirmaban que era tan deficiente su potabilidad que incluso provocaba locura en algunos habitantes, un siglo después unas monjas capuchinas elevaron sus quejas, esto fue escuchado por el marqués de la Villa del Villar del Águila, que era su protector y bienhechor.
El referido marqués proporcionó agua no sólo a las monjas, sino a todo Querétaro, para ello se buscó el mejor lugar, el llamado Ojo de Capulín en el pueblo de San Pedro de la Cañada, la obra quedó concluida en el siglo XVIII.
El Acueducto de Querétaro mide 74 arcos, tiene una altura promedio de 28. Metros y una longitud de mil 280 metros, es una obra icónica que identifica a la ciudad de Querétaro, se realizó en mampostería de roca volcánica.
5. Acueducto del Cubo en Zacatecas
Otra obra representativa en materia de acueductos de México es el acueducto de Zacatecas, también conocido como el Acueducto El Cubo, que se halla a la altura del parque General Enrique Estrada y de la ex Plaza de Toros San Pedro.
Los inicios de su construcción se remontan a los últimos años de la Colonia y se terminó en los primeros años del México Independiente.
Llevaba agua desde la mina de El Cubo hasta el monumento a Jesús González Ortega o la Plazuela de Villareal, en el centro de Zacatecas.
El material utilizado en la construcción del acueducto fue de cantera rosa, como la que distingue a esta ciudad minera. Como dato curioso existe una litografía del pintor Daniel T. Egerton que plasma esta obra.
6. Acueducto de san Felipe del Agua en Oaxaca
Durante los siglos XVIII y XIX este sistema hidráulico robusteció a la ciudad capital del estado de Oaxaca, la cual pese a tener agua de los ríos Jaltlaco y Atoyac, no le era suficiente, por lo que se planeó traer agua del poblado de San Felipe.
De acuerdo con la publicación Relatos e Historias en México: este acueducto estaba conformado por nueve canales conectados a la caja del Carmen y otros 11 de manera indirecta. “Hacia 1848 alimentó, por lo menos, a 23 aljibes públicos y 24 privados, según un mapa del ingeniero Antonio Conde Diebitsch, elaborado por orden del entonces gobernador Benito Juárez”.
Todavía hasta el siglo pasado la ciudad de Oaxaca recibía agua con un acueducto de cielo abierto o semisubterráneo de este acueducto que aún es posible observar algunos de sus tramos sobre la avenida san Felipe; sin embargo, el mejor tramo conservado se halla en la pequeña barranca de Xochimilco.