• Dificultad para respirar • Mareo • Dolor en el pecho • Hinchazón de los pies o tobillos. • Fatiga • Color azulado de los labios o la piel
• Antecedentes familiares • Trastornos genéticos, como el síndrome de Down, la enfermedad cardíaca congénita y la enfermedad de Gaucher • Fumar y consumir drogas ilegales • Defectos cardíacos congénitos
Fuente: Robert Schilz, director del Programa de Enfermedades Vasculares Pulmonares de los Hospitales Universitarios.