A días del sismo de 6 de magnitud registrado en Oaxaca; hoy domingo 8 de octubre, nuevamente un temblor sacudió la tierra Oaxaqueña.
El Servicio Sismológico Nacional (SSN) reportó un sismo con epicentro a 8 km al este de la ciudad de S Blas Atempa, Oaxaca, a las 5:13 horas.
El movimiento telúrico registró 4.9 de magnitud, así como una profundidad de 16 km, según información preliminar del SSN.
¿Qué se recomienda hacer ante un temblor?
Ante una actividad sísmica de importancia, el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) hace un llamado a no caer en rumores, ni noticias falsas y solo informarse en fuentes oficiales, como las autoridades de Protección Civil, tanto locales y estatales, así como federales.
Tras un temblor, revisa tu casa en búsqueda de posibles daños, utiliza tu celular solo en caso de emergencia, no prendas cerillos o velas hasta asegurarte que no hay alguna fuga de gas y recuerda que se pueden presentar réplicas del sismo, por lo que es importante estar alerta.
También puedes seguir las siguientes medidas antes de un sismo: alista un plan de protección civil, participa en simulacros de evacuación, identifica zonas de seguridad en casa, escuela o lugar de trabajo y prepara una mochila de emergencia.
Durante un sismo guarda la calma y ubícate en runa zona de seguridad, aléjate de objetos que puedan caer; si estás en un vehículo, estaciónate y aléjate de edificios, árboles y postes; y si te ubicas en la costa, aléjate de la playa y refúgiate en zonas altas.
¿Por qué son frecuentes los sismos en México?
México vive miles de sismos y actividad volcánica a lo largo de todo el año. Es uno de los países más propensos a sufrirlos en el planeta debido a su ubicación geográfica en la Zona de la Falla de San Andrés. Esta zona es una zona del globo terrestre donde las placas tectónicas de América del Norte y del Pacífico están en tensión y se frotan entre sí, causando temblores que llegan a la superficie. Como resultado, se producen sismos, temblores y erupciones volcánicas en todo el país.
Además, México también tiene una geología complicada y diversa, con una inmensa cantidad de fallas y zonas sísmicas activas en todo el país. Los sismos son causados por la liberación de energía acumulada en dichas fallas y las fricciones de las placas tectónicas.
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En las últimas décadas, México ha sufrido sismos muy graves, como el de magnitud 8.1 en la Ciudad de México en 1985 y el de magnitud 7.1 en la Ciudad de México en 2017, que causaron miles de muertes y daños masivos en la infraestructura. No obstante, el más reciente fue el de Miochacán que sacudió la zona el 19 de septiembre de 2022, con una magnitud de 7.6. La catástrofe supuso graves daños en los estados de Michoacán y Colima y un recuento total de 5 muertos y 41 heridos.
Por supuesto, el país se encuentra preparado para intentar evitar daños materiales tanto como sea posible gracias a la existencia de instituciones, sistemas de alertas sísmicas y protocolos de actuación que se ponen en marcha en cada suceso. Sin embargo, es clave remarcar la importancia de la responsabilidad individual. Cada persona ha de estar preparada y seguir medidas preventivas para reducir el riesgo de lesiones y daños en caso de un terremoto de esta magnitud.