El Servicio Sismológico Nacional (SSN) reportó un microsismo con epicentro a 4 km al noreste de la alcaldía Magdalena Contreras, en la Ciudad de México, a las 2:45 hora local.
El movimiento telúrico alcanzó una magnitud de 1.8, así como una profundidad de 2 kilómetros, de acuerdo con información preliminar del SSN.
¿Qué se recomienda hacer ante un sismo o microsismo?
Ante una actividad sísmica importante, el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) hace un llamado a no caer en rumores, ni noticias falsas y sólo informarse en fuentes oficiales, como las autoridades de Protección Civil, tanto locales y estatales, así como federales.
Tras un sismo, checa tu casa en búsqueda de posibles daños, utiliza tu teléfono sólo en emergencia, no enciendas cerillos o velas hasta asegurarte que no hay alguna fuga de gas y recuerda que se pueden presentar réplicas del sismo, por lo que es importante mantenerte alerta.
También puedes seguir las siguientes medidas antes de un temblor: alista un plan de protección civil, participa en simulacros de evacuación, encuentra las zonas de seguridad en casa, escuela o lugar de trabajo y prepara una mochila de emergencia.
Durante un temblor, guarda la calma y ubícate en un lugar seguro, aléjate de objetos que puedan caer; si estás en un vehículo, estaciónate y aléjate de edificios, árboles y postes; y si te ubicas en la costa, aléjate de la playa y refúgiate en zonas altas.
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¿Por qué son tan frecuentes los temblores en México?
México vive miles de sismos y actividad volcánica a lo largo de los 365 días del año. Es uno de los países más propensos a sufrirlos en el planeta debido a su ubicación geográfica en la Zona de la Falla de San Andrés. Esta zona es una zona del globo terrestre donde las placas tectónicas de América del Norte y del Pacífico están en tensión y se frotan entre sí, causando temblores desde el interior de la corteza terrestre. Como consecuencia, México experimenta una gran cantidad de temblores y actividad volcánica.
Además, México también cuenta con una geología compleja y diversa, con una múltiple cantidad de fallas y zonas sísmicas activas en todo el país. Los sismos son causados por la liberación de energía acumulada en dichas fallas y los movimientos de las placas tectónicas.
En las últimas décadas, México ha sufrido terremotos devastadores, como el terremoto de magnitud 8.1 en la Ciudad de México en 1985 y el terremoto de magnitud 7.1 en la Ciudad de México en 2017, que causaron miles de muertes y daños masivos en la infraestructura. No obstante, el más reciente fue el terremoto de Michoacán, que se produjo el 19 de septiembre de 2022, con una magnitud de 7.6. La catástrofe supuso graves daños en los estados de Michoacán y Colima y un recuento total de 5 muertos y 41 heridos.
Por supuesto, el país se encuentra preparado para intentar prevenir daños materiales tanto como sea posible gracias a la existencia de instituciones, sistemas de alertas sísmicas y protocolos de actuación que se ponen en marcha en cada suceso. Sin embargo, es clave remarcar la importancia de la responsabilidad de cada uno. La población ha de mantenerse preparada y tomar medidas preventivas para reducir el riesgo de lesiones y daños en caso de un terremoto de esta magnitud.