Sentir miedo durante y después de una experiencia traumática, como los sismos, es parte de los instintos humanos. Sin embargo, es posible que, pasado un tiempo, algunas personas experimenten síntomas y reacciones que lleven a una condición conocida como trastorno de estrés postraumático (TEPT). Ve qué es esta afección mental y cómo puede ser tratada.
Estrés postraumático, ¿qué es?
El trastorno de estrés postraumático, según el investigador de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Rogelio Flores Morales, “es una afección mental que algunas personas experimentamos después de un evento traumático, como la guerra, desastres naturales, un accidente automovilístico o violencia en cualquiera de sus formas”.
“Es una afección que trastoca la vida de las personas. En las relaciones interpersonales se presenta distanciamiento social, desconfianza de la gente y problemas de comunicación. En especial quienes vivieron estrés crónico como consecuencia de un suceso traumático, tienen miedo incluso a salir de casa. También pueden desarrollar apatía o irritabilidad”, explicó Flores Morales.
Síntomas de padecer estrés postraumático
Los síntomas que se observan en personas con Trastorno de Estrés Postraumático son diversos, por ello, según la UNAM, el Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos los ha dividido en cuatro tipos:
- Revisvivencia: algo le recuerda el trauma y vuelve a experimentar el mismo miedo (flashbacks o recuerdos recurrentes, pesadillas).
- Evasión: intenta eludir situaciones o personas que desencadenan recuerdos del hecho traumático.
- Hipervigilancia y reactividad: está muy al pendiente e incluso ve peligro donde no lo hay. También presenta arrebatos de ira, dificultad para dormir y sobresaltos.
- Cognitivos/estado de ánimo: se presentan cambios negativos en creencias y sentimientos. Por ejemplo, hay pensamientos negativos sobre sí mismo y el mundo, sentimiento de culpa, falta de interés en la vida, falta de concentración. Todo lo ve negativo.
Aunque no es común, las ideas suicidas también entran en la sintomatología del TEPT, pero de acuerdo con Flores Morales esto ocurre en casos muy extremos y muy pocas personas llegan a ese punto, si tienen el apoyo de su familia o de su círculo cercano.
Según el investigador, los efectos del trastorno de estrés postraumático surgen de inmediato y van creciendo poco a poco, incluso hay personas que los presentan por más de 30 días. Además, señala que este padecimiento no sólo afecta a la persona que lo presenta, sino también a los familiares, “que pueden reproducir los mismos síntomas”.
“El impacto es muy amplio, y por supuesto el apoyo social es fundamental, pero también es importante que la persona acuda con personal capacitado, con especialistas, con psicoterapeutas clínicos y comiencen a trabajar y a resignificar esa experiencia traumática”.
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¿Cómo tratar el trastorno de estrés postraumático?
De acuerdo con el experto, los efectos del Trastorno de Estrés Postraumático son distintos en cada persona, por lo que un tratamiento que puede funcionar en un individuo puede no hacerlo en otro. Sin embargo, se recomienda la terapia y, en casos extremos, medicamentos.
Si una persona recibe terapia es probable que sea tratada por medio de la terapia conductual cognitiva (TCC). Ésta se divide a su vez en terapia de procesamiento cognitivo (TPC) y en terapia de exposición prolongada (TEP).
Por otro lado, los medicamentos se recomiendan aunque en menor medida y deben ser utilizados sólo en caso de emergencia. Es decir, se prescriben únicamente cuando el paciente no puede neutralizar los síntomas o son más recurrentes.
Factores de riesgo y resiliencia en el Trastorno de Estrés Postraumático
El Trastorno de Estrés Postraumático puede afectar a cualquier persona y a cualquier edad, no obstante, hay factores de riesgo que hacen más vulnerables a las personas de padecerlo, algunos son:
- Vivencia de hechos violentos (guerras, asaltos, terrorismo).
- Vivencia de desastres naturales (sismos, huracanes, incendios, inundaciones, erupciones volcánicas).
- Haber pasado por situaciones complicadas en la vida (maltrato o violencia en todos sus tipos).
- Un trabajo que implique estar ligado al riesgo o ser testigo de situaciones traumáticas (militares, personal de salud, periodistas).
- Tener depresión, ansiedad o rumiación (pensamientos negativos recurrentes).
- Carecer de un buen sistema de apoyo familiar o de amigos
Si bien hay factores que aumentan la probabilidad de presentar estrés postraumático, también hay otros que las disminuyen, como los factores de resiliencia, que permiten sacar lo “positivo” de una experiencia traumática. Entre éstos se encuentran:
- Recibir ayuda de amigos, familiares o grupos de apoyo.
- Aprender a sentirse bien con la forma en que se actuó como respuesta a la experiencia traumática.
- Contar con una estrategia de afrontamiento para superar y aprender de un evento traumático.
- Estar preparado para responder a acontecimientos perturbadores cuando ocurran, a pesar de sentir miedo.