Tomar un vaso de leche diario podría reducir el riesgo de este tipo de cáncer
Un nuevo estudio reveló que beber un vaso de leche diario podría reducir el riesgo de cáncer colorrectal debido a su alto contenido de calcio. La investigación fue publicada en la revista especializada Nature el pasado miércoles 8 de enero de 2025.
Leche vs el cáncer
Los investigadores demostraron que la ingesta de leche láctea, yogur, riboflavina, magnesio, fósforo y potasio se asoció inversamente con el riesgo de cáncer colorrectal, al igual que la ingesta de cereales para el desayuno, frutas, cereales integrales, carbohidratos, fibra, azúcares totales, ácido fólico y vitamina C.
En el caso de la leche y otros productos lácteos, los científicos señalaron que sus “beneficios” para proteger de este tipo de cáncer se deben al calcio que poseen.
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Y es que, según los especialistas, 200 gramos de leche de vaca al día pueden reducir hasta un 14% menos el riesgo de padecer cáncer de colon y recto; mientras que 300 gramos de calcio lo reducen hasta un 17%.
El probable papel protector del calcio contra el cáncer puede estar relacionado, según el estudio, con su capacidad para unirse a los ácidos biliares y ácidos grasos libres en la luz del colon, reduciendo así sus efectos potencialmente cancerígenos.
Los resultados obtenidos en esta investigación coinciden, según los expertos, son consistentes con los obtenidos en 2018 por el Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer (WCRF), donde se demostró que los productos lácteos (incluida la evidencia del total de lácteos, leche y queso, así como el calcio dietético) y los suplementos de calcio probablemente disminuyen la riesgo de cáncer colorrectal.
No obstante, los alimentos y nutrientes relacionados con los lácteos examinados en el presente estudio, todos se asociaron inversamente con el riesgo de cáncer colorrectal, excepto el queso y el helado.
Sobre alimentos como los cereales, frutas y demás, los científicos sostuvieron que deben estudiarse ya que, su respuesta de ayuda contra el cáncer colorrectal puede haber estado influenciada por factores relacionados con el estilo de vida y u la dieta.
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Los autores también resaltaron que el papel protector de la leche de vaca y otros alimentos relacionados con los lácteos también pueden atribuirse al ácido linoleico conjugado, el ácido butírico y la esfingomielina, que están presentes en la leche de vaca y se ha demostrado que inhiben la carcinogénesis de colon inducida químicamente en algunos modelos animales.
¿Qué cosas de comer pueden causar cáncer de colón y recto?
La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) clasificó las bebidas alcohólicas y la carne procesada como cancerígenos para los seres humanos, con base en los hallazgos del cáncer colorrectal. Aunado a estos hallazgos, el tercer informe de expertos del Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer (WCRF) y el Instituto Americano para la Investigación del Cáncer (AICR) concluyeron de manera similar que existe evidencia convincente de que una mayor ingesta de alcohol y carne procesada aumenta el riesgo de cáncer colorrectal.
También concluyeron que una mayor ingesta de carne roja “probablemente” aumenta el riesgo de padecer este tipo de cáncer.
Hasta ahora, el estudio asegura que la evidencia sobre si otros alimentos, nutrientes y bebidas pueden ser un riesgo para padecer cáncer colorrectal no es concluyente.
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¿Cómo fue posible saber esto?
Para poder determinar la relación positiva de los productos lácteos para proteger contra el cáncer colorrectal, los investigadores examinaron la asociación de 97 factores dietéticos con el riesgo de padecer esta enfermedad en 542 mil 778 millones de participantes del estudio, mismas a las que dieron seguimiento por 4.8 años.
Cáncer colorrectal, ¿qué se sabe?
El cáncer colorrectal es el tercer tipo de cáncer más común en el mundo, con una estimación de un millón 926 mil 425 casos incidentes en 2022.
De acuerdo con el estudio, las tasas de incidencia varían notablemente, siendo los países de ingresos altos los que registran tasas más altas, incluidos la mayoría de los países europeos, América del Norte, Australia, Nueva Zelanda y Japón; mientras que las tasas más bajas se localizan en los países de ingresos bajos, incluidos gran parte de África y el sur de Asia.
