La famosa obra de William Shakespeare, “Romeo y Julieta“, es el nombre que recibe el síndrome psicológico, que según expertos de la UNAM, se caracteriza por ser “un amor imposible”. Ve de qué se trata.
El complejo o síndrome de Romeo y Julieta se trata de un enamoramiento súbito e intenso, que en la adolescencia se considera normal, pero cuando surge en la etapa adulta puede ser patológico, asegura Manuel González Oscoy, académico de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
De acuerdo con el experto, en los adolescentes, el enamoramiento se trata de un proceso normal, porque en las relaciones con el sexo opuesto hay una atracción facilitada por las sustancias químicas del cerebro, como la adrenalina y la dopamina, entre muchas otras.
En este momento, dice el experto, el adolescente proyecta planes para toda la vida con su pareja, pero en la realidad, estas relaciones duran sólo unos cuantos meses. Esto se debe a que el enamoramiento tiene la característica de durar aproximadamente 18 meses y después llega el momento de llevar la relación al amor o terminar.
Cuando se trata del síndrome de Romeo y Julieta no se alcanza a llegar al amor porque la persona ya no siente lo mismo que al principio y no hay excitación, adrenalina y se pierde el interés.
Este síndrome se caracteriza porque la pareja se enfrenta a muchos obstáculos y esto los alienta a continuar con la relación, pero si termina muy pronto, se convierte en un amor eterno, un “amor imposible” que se recuerda toda la vida.
Cuando el síndrome de Romeo y Julieta llega en la etapa adulta, es decir, entre los 40 y los 60 años, se convierte en un estado psicopatológico, porque son personas de edad madura con un comportamiento de adolescentes y buscan una relación tras otra.
Cuando una persona adulta no puede establecer relaciones afectivas amorosas con cierta estabilidad, ya sea a mediano o largo plazo, necesita ayuda profesional, sostiene González Oscoy.
Para tratar esta psicopatología, el académico de la UNAM sugiere fortalecer en el afectado el principio de realidad, que se ha debilitado desde la adolescencia. “Debemos ubicarlo desde las distintas áreas, como la laboral, familiar, educativa, etcétera”.
“Desde la cuestión afectiva, el psicólogo busca cuál es la necesidad de la persona, ya sea dar amor, ser amado, si necesita ser protegido, para que así le brinde sentido a su realidad y salga de su fantasía”.
“A veces caen en la actitud de ‘yo soy el caballero que salva a la dama’. Por ello, se debe ubicar al individuo en sus necesidades conscientes e inconscientes que vienen desde la historia familiar, su relación con el papá, la mamá, los hermanos, los lazos, las emociones que le ofrecieron al ser cuidado, la protección, o, al contrario, la devaluación, decrépito, agresión, etcétera”, dice el especialista.
“De esta forma, la persona separará los elementos para descubrir cuál es su verdadero deseo y así podrá resolverlo”, concluyó el académico universitario.
- Te puede interesar: La ciencia detrás del amor: datos que no sabías