Si la relación en que te encuentras te hace sentir angustiado, juzgado, desvalorizado, manipulado, amenazado o maltratado, pon atención porque las conductas tóxicas pueden afectar no sólo tus emociones y autoestima, sino también tu salud.
Una relación tóxica se manifiesta cuando los proyectos o actividades personales se dejan de lado para ajustarse o adaptarse a la pareja, aunado a la dificultad para expresar las necesidades por miedo al desagrado del otro, asegura Isis Espinola Ugalde, del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
Según Espinola Ugalde, “cuando algo nos preocupa o nos genera estrés, el cuerpo suele dar ciertas señales en forma de dolor de estómago o de cabeza, insomnio, malestares musculares, irritación, molestias en el pecho y sensación de falta de aire”.
Algunas secuelas físicas de una relación tóxica son la somatización, es decir, la expresión del malestar emocional en síntomas físicos, los cuales pueden ser dolor muscular, de estómago, de cabeza, abuso de sustancias para relajar, trastornos alimenticios y del sueño, aumento de la presión arterial y afección al sistema inmunológico derivado del estrés crónico, disfunciones sexuales, entre otras.
Mientras que las secuelas a la salud mental son: sentimiento de culpa, baja autoestima, ataques de pánico, vergüenza, ansiedad, apatía y desesperanza.
De acuerdo con la especialista, los traumas que se expresan luego de estas relaciones son el secuestro emocional y la indefensión aprendida, los cuales llegan a afectar el contacto futuro.
“En todos los casos ocurren actos de dominación y control, la persona sometida con el tiempo lo ve como algo normal y esto puede llegar a detonar enfermedades crónicas”, refirió Espinola Ugalde.
¿Qué hacer ante una relación tóxica?
La recomendación de la experta es terminar con este tipo de vínculos, los cuales no sólo responden al ámbito de la pareja, sino que pueden darse entre amigos, familiares, compañeros de clase o trabajo.
Para romper con una relación tóxica, la especialista en psicología del IPN sugiere evitar normalizar la situación, admitir la realidad y expresarla para aprender de la experiencia; además, de recuperar las actividades que se disfrutaban.
La especialista recomendó a quienes ejercen conductas tóxicas, como a aquellos que las sufren, buscar ayuda profesional para transformar la manera en que se relacionan en su vida cotidiana y disfrutar de vínculos positivos.
“A veces hay críticas constantes a la forma de ser, de vestir o de vivir. Esto baja la autoestima y genera sentimientos de inferioridad que hacen que acabar con la relación sea todavía más difícil”, dijo.