La Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe) informó en un comunicado de prensa que este sábado 23 de marzo de 2024 a las 16:00 horas, se registraron concentraciones máximas de ozono de 162, 161 y 155 ppb, en las estaciones de monitoreo de Atizapán, Cuautitlán y Villa de las Flores, respectivamente, ubicadas en los municipios de Atizapán de Zaragoza, Cuautitlán Izcalli y Coacalco de Berriozábal, Estado de México, por lo que se activó la contingencia ambiental.
La CAMe activó la fase 1 de contingencia ambiental por ozono con el objeto de disminuir la exposición de la población al aire contaminado y el riesgo de afectación a su salud; así como para reducir la generación de contaminantes y la probabilidad de volver a alcanzar altas concentraciones de ozono el día de mañana.
Pero, ¿qué son las partículas pm10 y pm2.5?
La materia particulada o PM (por sus siglas en inglés) 2.5, son partículas muy pequeñas en el aire que tiene un diámetro de 2.5 micrómetros o menos de diámetro, según la Oficina de Evaluación de Riesgos para la Salud Ambiental de California en los Estados Unidos (OEHHA por sus siglas en inglés).
Por su parte, las partículas PM10 son partículas inhalables que tienen diámetros de, por lo general, 10 micrómetros y menores.
Según la OEHHA, ambas medidas, son más pequeñas que el grosor de un cabello humano, el cual mide en promedio 70 micrómetros de diámetro.
Este tipo de partículas son una mezcla de partículas sólidas y gotas líquidas que se encuentran en el aire. De acuerdo con la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA por sus siglas en inglés) se forman en la atmósfera como resultado de reacciones complejas de químicos, como el dióxido de azufre y los óxidos de nitrógeno, que son contaminantes emitidos por centrales eléctricas, industrias y automóviles.
Algunas se emiten directamente desde una fuente, como obras en construcción, caminos sin asfaltar, campos, chimeneas o incendios.
¿Cómo afectan estas partículas a la salud?
La contaminación por partículas finas causa muchos efectos serios en la salud incluyendo enfermedades cardíacas y pulmonares, indica la OEHHA.
Las partículas menores a 10 micrómetros de diámetro suponen los mayores problemas, debido a que pueden llegar a la profundidad de los pulmones, y algunas hasta pueden alcanzar el torrente sanguíneo, indica la EPA.
Este tipo de partículas, son un factor de riesgo en el desarrollo del cáncer, ya que, las PM10 inducen estrés oxidativo, así como procesos inflamatorios, daño citotóxico y genotóxico, señala la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Mientras que las partículas finas PM2.5, que son la causa principal de visibilidad reducida (bruma), contribuyen por su exposición a un gran número de muertes. De hecho, los niños, ancianos y personas que sufren de enfermedades cardíacas y pulmonares, asma o enfermedades crónicas son más sensibles a los efectos de la exposición a las PM2.5.
La exposición a partículas pequeñas de 2.5 micrones o menos de diámetro (PM2.5) son generadoras de enfermedades cardiovasculares y respiratorias, además de cáncer pulmonar, impacta sobre todo a personas que viven en países de ingresos bajos y medianos y que soportan desproporcionadamente la carga de la contaminación del aire de exteriores, según estudios de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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Por su parte, la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) sostiene que la morbilidad por accidentes cerebrovasculares, cánceres de pulmón y neumopatías crónicas y agudas, como el asma, así como la mortalidad por esos padecimientos, podrían disminuir en muchos países si se redujeran los índices de contaminación del aire.