¿Qué se siente y se piensa justo en el momento de morir? Esto dicen especialistas
¿Qué se siente morir? y ¿qué se piensa cuando esto ocurre? Éstas son algunas de las preguntas que la ciencia ha intentado explicar a lo largo de la historia de la humanidad. Francisco José Esteban Ruiz, profesor de biología celular de la Universidad de Jaén, explicó qué pasa justo en el momento antes de morir, en un artículo publicado en la revista The Conversation.
¿Qué pasa en el cuerpo antes de morir?
Al morir el cerebro, ¿se apaga?
De acuerdo con el experto, contrario a lo que se piensa, el cerebro no se apaga inmediatamente después de que el corazón deja de latir. Según un estudio realizado en 2013 con ratas de laboratorio, el cerebro experimenta un aumento de actividad al morir, como en un paro cardíaco.
Tal como también lo demostró más recientemente un grupo de científicos que registró la actividad cerebral de una persona en el momento de morir.
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Según indicaron, en los 30 segundos posteriores al último latido del corazón se producía un aumento de cierto tipo de ondas cerebrales llamadas oscilaciones gamma; las cuales están asociadas a funciones cognitivas sofisticadas como soñar, meditar, concentrarse, recuperar recuerdos y procesar información. Esto sugiere que el cerebro podría permanecer activo y coordinado en la transición a la muerte.
Experiencias cercanas a la muerte
Según Esteban Ruiz, muchas personas que han estado al borde de la muerte y han sido reanimadas aseguran haber tenido las llamadas “experiencias cercanas a la muerte” (ECM). De hecho, un estudio reciente encontró que hasta un 20% de quienes sobreviven a un paro cardíaco experimentan algún tipo de ECM.
Entre las “experiencias cercanas a la muerte” más comunes se encuentran:
- La sensación de separarse del cuerpo físico
- Ver una luz brillante al final de un túnel
- Sentimientos de paz y tranquilidad
- Encuentros con seres queridos fallecidos
- Revisión de momentos importantes de la vida
Los científicos creen que estas vivencias podrían ser producto de la actividad cerebral en los momentos finales. La falta de oxígeno y los cambios químicos en el cerebro podrían explicar muchas de ellas.
Incluso, el especialista sostiene que los hallazgos sobre la actividad de las ondas gamma en el cerebro justo antes de la muerte podrían ser clave para entender las “experiencias cercanas a la muerte”.
“Las oscilaciones gamma, vinculadas a la conciencia y la recuperación de recuerdos, podrían estar involucradas en la generación de las sensaciones que tuvieron los supervivientes a un paro cardíaco, como el repaso de momentos importantes de la vida o la percepción de paz y tranquilidad”, indicó Esteban Ruiz.
Por tanto, esto sugiere que las “experiencias cercanas a la muerte” no sólo son fenómenos subjetivos, sino que podrían explicarse por lo que ocurre biológicamente en el cerebro en esos precisos momentos.
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Y es que, un estudio de la Universidad de Míchigan en Estados Unidos que registró la actividad cerebral de cuatro pacientes en el momento de su muerte, detectó que justo después de retirarles el soporte vital, aumentó el número de latidos del corazón por minuto y se incrementó la actividad de las ondas gamma en una zona específica del cerebro: la corteza somatosensorial.
La corteza somatosensorial es un área del cerebro llamada “zona caliente de los correlatos neuronales de la conciencia”, se encuentra en el inicio de la parte posterior del cerebro y se ha relacionado con los sueños, las alucinaciones visuales y los estados alterados de conciencia.
Estos hallazgos sugieren que el cerebro podría estar reproduciendo un último “recuerdo de la vida” justo antes de fallecer. O sea, algo similar a lo que cuentan quienes viven “experiencias cercanas a la muerte”.
¿Duele morir?
Según los expertos, es poco probable sentir dolor en el momento de morir debido a varios factores fisiológicos y neurológicos que ocurren en las etapas finales de la vida.
De acuerdo con un estudio que ofrece información sobre cómo el sistema nervioso procesa el dolor y cómo ciertos cambios fisiológicos pueden alterar esta experiencia, indica que al haber dolor el cerebro libera sustancias químicas que ayudan a que las personas se sientan en paz. Entre ellas se encuentran la noradrenalina y la serotonina.
Cuando son liberadas por el cerebro pueden evocar emociones positivas y alucinaciones, reducir la percepción del dolor y promover la sensación de calma y tranquilidad.
Además, cuando se acerca la muerte, las personas suelen ser muy poco sensibles. Esto se debe a que el cuerpo comienza a apagarse gradualmente y, con ello, la capacidad de sentir dolor disminuye.
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Al morir, los sentidos se van perdiendo, aparentemente en el siguiente orden:
- Primero el hambre y la sed
- Después el habla y la visión
- Finalmente el tacto y la audición
Esto podría explicar por qué muchas personas pueden escuchar y sentir a sus seres queridos en sus momentos finales, incluso cuando parecen estar inconscientes, concluyó el experto.