Si cada mañana usas cotonetes para limpiar tus oídos, podrías estar causándote un problema en los oídos, porque según un especialista en otorrinolaringología de la UNAM el uso de estos artefactos puede ser contraproducente a la salud.
Silvio Jurado Hernández, especialista en otorrinolaringología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), recomienda no hacer uso de los cotonetes, pasadores u otros objetos pequeños para limpiarse los oídos, ya que se pueden dañar los oídos, al grado de ocasionar una perforación timpánica y se puede provocar un tapón de cerumen.
Limpiar o no limpiar los oídos y cómo hacerlo
El cerumen es una sustancia elaborada por las glándulas ceruminosas cuya función es proteger los oídos y se suele drenar sola y no causa problemas, por lo que no es necesario limpiarla, indicó Jurado Hernández.
Sin embargo, existen dos factores que pueden intervenir para que el cerumen sea molesto:
- Que las glándulas ceruminosas produzcan esta sustancia en exceso.
- Que nosotros, al limpiarlo, no permitamos el proceso de higiene que tienen de manera natural nuestros oídos.
En ambos escenarios, dice el experto, “podemos generar un tapón de cerumen, que puede causar pérdida de audición o problemas como zumbidos, sensación de oídos tapados o vértigo”.
Para evitar un tapón de cerumen, Jurado Hernández indicó que es necesario realizar un lavado de oídos. Un procedimiento sencillo que se realiza de la siguiente manera:
- Se sostiene la cabeza erguida y se endereza el conducto auditivo externo, sosteniendo la oreja y jalando suavemente hacia arriba.
- Se utiliza una jeringa llena de agua para dirigir suavemente un pequeño chorro contra la pared del conducto auditivo cerca del tapón de cerumen.
- Se inclina la cabeza para permitir que drene el agua.
- Se repite la irrigación cuantas veces sea necesario.
No obstante, el especialista indicó que este procedimiento únicamente lo deben realizar aquellas personas que tengan sus oídos íntegros, es decir, “aquellos que no tienen el oído perforado o alguna enfermedad en éste”, y que tengan un exceso de cerumen, ya que el lavado no se sugiere realizar de manera frecuente porque la remoción excesiva de esta sustancia no es benéfica.
Y acotó que este procedimiento implica ciertos riesgos, ya que se puede contraer una infección, usualmente porque no se seca el canal auditivo correctamente después del lavado.
“Además, podemos sufrir perforación del tímpano, surgimiento de vértigo o pérdida temporaria de la audición. Por lo tanto, es necesario que un especialista realice el lavado”, sentenció el académico de la UNAM.
“Es un método sencillo y no doloroso, pero que se debe realizar con cuidado. Cuando el lavado se hace de manera correcta, los pacientes suelen sentir mucho alivio y escuchan claramente mejor en comparación a como estaban antes”.
Y advirtió no utilizar kits de limpieza para los oídos, ya que, antes de realizar una limpieza de oídos se debe considerar:
- Saber qué tipo de cerumen bloquea los oídos.
- El agua que se utiliza debe estar a una temperatura similar a la del cuerpo (37°C).
- No usar aceites ni agua oxigenada.
- Conocer la fisonomía de los oídos.