La historia de José Armando Guzmán, el niño de 14 años de edad que solicitó a su madre la interrupción de las quimioterapias que tomaba por la leucemia linfoblástica que padecía hace unos meses y que falleció este martes 23 de abril en el Centro Estatal de Cancerología “Dr. Miguel Dorantes Mesa” en Xalapa, Veracruz abrió el debate sobre el derecho a “morir con dignidad”.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ), existen una serie de conceptos creados por la bioética que ayudan a entender los asuntos que se presentan al final de la vida: la eutanasia, la ortotanasia y la distanasia
Ortotanasia o eutanasia, ¿qué decisión tomo José Armando?
La eutanasia es una palabra que deriva de sus raíces griegas que significan “el bien morir” (eu=bueno, Thanatos=muerte) y la cual se ha definido como “la conducta intencionalmente dirigida a terminar con la vida de una persona que tiene una enfermedad grave e irreversible, por compasión o por razones médicas”.
Esto significa que un profesional de la salud ayuda a un paciente a morir cuando su cuerpo ya no responde al tratamiento o cuando la enfermedad está tan avanzada que ya no tiene posibilidad de salir adelante.
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Por otro lado, la ortotanasia se refiere a permitir que la muerte ocurra “en su tiempo cierto”, “cuando deba de ocurrir”, por lo tanto los profesionales de la salud están capacitados para otorgar al paciente todos los cuidados y tratamientos para disminuir el sufrimiento, pero sin alterar el curso de la enfermedad y por lo tanto el curso de la muerte.
En el caso de José Armando, él eligió la ortotanasia, ya que, fue él quien decidió interrumpir las quimioterapias que tomaba para tratar la leucemia linfoblástica. De hecho, en un video que se viralizó en redes sociales, el menor habló de su situación y aseguró que prefería disfrutar del tiempo que le quedaba de vida, que realizarse dolorosos tratamientos y permanecer en el hospital por tiempo indefinido.
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Arnoldo Kraus, académico universitario, médico y escritor de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó que “el joven [José Armando] no solicita que se le ayude a morir, sino que está pidiendo que lo dejen estar como está, vivir lo que pueda sin tratamientos, y estoy seguro que en su pensamiento o platicando con la gente que conversa al estar en las sesiones de quimioterapia ha definido que no quiere continuar el camino de vivir bajo una rutina frecuente, dolorosa, incómoda e incapacitante de quimioterapias”.
¿Morir dignamente o prolongar el sufrimiento?
Contrario a la eutanasia y ortotanasia, se encuentra la distanasia. La distanasia se refiere a la prolongación innecesaria del sufrimiento de una persona con una enfermedad terminal, mediante tratamientos o acciones que de alguna manera “calman” los síntomas que tiene y tratan de manera parcial el problema, pero con el inconveniente de estar prolongando la vida sin tomar en cuenta la calidad de vida del enfermo.