En la actualidad las mujeres enfrentan una presión constante para ser “la mamá perfecta”, sin embargo, la realidad es que esta expectativa irreal puede tener consecuencias para la salud mental de las madres. La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) habla sobre el síndrome de burnout, no solo asociado al ámbito laboral, sino también a la maternidad.
El síndrome de burnout, definido por la Organización Mundial de la Salud como un agotamiento emocional y físico causado por el estrés crónico, no es exclusivo de los entornos laborales. Dos estudios internacionales realizados por la Universidad Católica de Lovaina y la Universidad de Tilburg revelaron que este fenómeno también puede manifestarse en la crianza, conocido como burnout parental o agotamiento parental.
Según estas investigaciones, el agotamiento parental varía según las culturas, pero afecta principalmente a las mujeres. La asignación cultural de las mujeres como cuidadoras principales contribuye a esta disparidad. A pesar de los avances hacia la igualdad de género en otras áreas, como la educación y el empleo, la crianza sigue siendo un terreno desigual marcado por el género.
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La coordinadora de Psicología Clínica y de la Salud de la Facultad de Psicología de la UNAM, Laura Amada Hernández Trejo, señala que el agotamiento parental se manifiesta en cuatro etapas: agotamiento físico o emocional, distanciamiento afectivo, saturación del rol y una sensación de pérdida de identidad fuera de la maternidad.
Ana Celia Chapa Romero, profesora e investigadora en la misma facultad, destaca cómo las expectativas poco realistas sobre la maternidad pueden desencadenar malestares emocionales en las mujeres. La culpa, la tristeza, el enojo y la frustración son solo algunas de las emociones que pueden experimentar las madres cuando sienten que no están cumpliendo con las expectativas sociales.
Sentimientos como la culpa y la frustración, ya sea por falta de tiempo, atención o recursos económicos, son compartidos por muchas mujeres durante la maternidad.
Visualizar el burnout parental en la mamá
La psicóloga Ana Celia Chapa Romero enfatiza en la importancia de reconocer que estos sentimientos no son individuales, sino compartidos por muchas mujeres. Visibilizar este hecho permite sacarlo de la esfera personal y abordarlo como un problema colectivo que requiere soluciones sistémicas.
Estela Roselló Soberón, del Instituto de Investigaciones Históricas y del Centro de Ciencias de la Complejidad de la UNAM, subraya la necesidad de que las madres acepten y soliciten ayuda. Ya sea del entorno familiar o institucional, es crucial compartir la carga del cuidado infantil para prevenir el burnout parental.
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Para evitar este agotamiento, Roselló Soberón enfatiza la importancia del autocuidado. Una mamá debe reservar tiempo para sí misma, dedicarse a actividades que le brinden bienestar y mantener intereses fuera de la maternidad.
En última instancia, la maternidad no debería ser una carga solitaria ni una competencia para alcanzar estándares imposibles. Reconocer y abordar el impacto del burnout parental es fundamental para el bienestar emocional de las mujeres y el desarrollo saludable de sus hijos e hijas. La clave está en aceptar que la mamá perfecta no existe y que buscar ayuda no es una señal de debilidad, sino de fortaleza y cuidado propio.