Los expertos dicen que faltan estudios sobre los efectos de los tatuajes. | Foto: Shutterstock.
Un nuevo estudio de la Universidad de Lund en Suecia sugiere que los tatuajes podrían ser un factor de riesgo de cáncer en el sistema linfático o linfoma, así lo dio a conocer la casa de estudios en un comunicado de prensa publicado en mayo pasado.
Los expertos descubrieron que, después de tener en cuenta otros factores relevantes como el tabaquismo y la edad, el riesgo de desarrollar linfoma era un 21% mayor entre quienes estaban tatuados.
Esto podría deberse a que la mayoría de las personas se hacen el primer tatuaje a una edad temprana, lo que significa que estás expuesta a la tinta del tatuaje durante gran parte de tu vida.
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“Ya sabemos que cuando la tinta del tatuaje se inyecta en la piel, el cuerpo lo interpreta como algo extraño que no debería estar ahí y el sistema inmunológico se activa. Una gran parte de la tinta se transporta desde la piel hasta los ganglios linfáticos, donde se deposita”, afirmó Christel Nielsen, investigadora y directora del estudio.
No obstante, los científicos señalan que las investigaciones sobre los efectos a largo plazo de los tatuajes en la salud son incipientes. Por ello, el grupo de investigación ahora procederá a estudiar si existe alguna asociación entre los tatuajes y otros tipos de cáncer. También quieren seguir investigando sobre otras enfermedades inflamatorias para ver si existe un vínculo con los tatuajes.
El tamaño del tatuaje no importa en el riesgo de desarrollar cáncer
Una hipótesis que tenía el grupo de investigación antes del estudio era que el tamaño del tatuaje afectaría el riesgo de linfoma. Se pensaba que un tatuaje en todo el cuerpo podría estar asociado con un mayor riesgo de cáncer en comparación, por ejemplo, con una pequeña mariposa en el hombro. Sin embargo, los resultados demostraron que el área de la superficie del cuerpo tatuada resultó no importar.
“Aún no sabemos por qué fue así. Sólo se puede especular que un tatuaje, independientemente del tamaño, provoca una inflamación leve en el cuerpo, que a su vez puede provocar cáncer. Por tanto, el panorama es más complejo de lo que pensábamos inicialmente”, indicó Nielsen.
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¿Cómo fue posible saber esto?
Para determinar la relación entre los tatuajes y el riesgo de padecer cáncer de tipo linfoma, los investigadores realizaron un estudio que incluyó 11 mil 905 personas. De éstas, 2 mil 938 personas padecieron linfoma cuando tenían entre 20 y 60 años y 4 mil 193 participantes formaron el grupo de control.
De este grupo de 2 mil 938 personas con linfoma, mil 398 individuos respondieron el cuestionario sobre factores del estilo de vida.
Según los expertos, los resultados arrojaron que, en el grupo con linfoma, el 21% estaba tatuado, es decir 289 personas. Mientras que el 18% estaba tatuado en el grupo de control sin diagnóstico de linfoma, o sea, 735 personas.
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“Es importante recordar que el linfoma es una enfermedad rara y que nuestros resultados se aplican a nivel grupal. Los resultados ahora necesitan ser verificados e investigados más a fondo en otros estudios y dicha investigación está en curso”, sostuvo la líder del estudio.
“Es probable que la gente quiera seguir expresando su identidad a través de los tatuajes y, por lo tanto, es muy importante que nosotros, como sociedad, podamos asegurarnos de que sea seguro. Para el individuo, es bueno saber que los tatuajes pueden afectar su salud y que debe acudir a su proveedor de atención médica si experimenta síntomas que cree que podrían estar relacionados con su tatuaje”, concluyó Christel Nielsen.