La discusión sobre si hay diferencia en la inteligencia de los hermanos dependiendo de su orden de nacimiento ha sido un tema de interés por lo que existen varios estudios sobre el tema, sin embargo, psicólogos de la Universidad de Illinois realizaron un estudio a gran escala que daría una respuesta.
El sitio especializado Journal of Human Resources indica que hay gran cantidad de estudios que señalan que los hermanos menores dentro de una familia tienen peores resultados educativos y laborales cuando son adultos en comparación con los hermanos mayores, un fenómeno conocido como el “efecto del orden de nacimiento”.
Algunos estudios demuestran que los hermanos mayores son más inteligentes, incluido uno realizado en conjunto por la Universidad de Edimburgo, la Universidad de Sydney y la consultora Analysis Group que evaluó a unos 5 mil niños estadounidenses cada dos años.
Ese estudio señalaba que los hermanos mayores tenían una mayor capacidad intelectual porque obtuvieron las puntuaciones más altas en cada prueba.
Megaestudio demuestra que el orden de nacimiento no influye en la inteligencia
Académicos e investigadores de la Universidad de Illinois realizaron un estudio a gran escala que analizó a 377 mil estudiantes universitarios para demostrar que el orden de nacimiento no influye en la inteligencia.
Este estudio señala que los primogénitos tienen un coeficiente intelectual más alto y rasgos de personalidad consistentemente diferentes a los hermanos nacidos después en la cronología familiar. Sin embargo, dicen los investigadores, las diferencias entre primogénitos y hermanos menores son tan pequeñas que no tienen relevancia práctica para la vida de las personas.
Brent Roberts, profesor de Psicología de la Universidad de Illinois, que dirigió la investigación señaló que los hallazgos confirmaron que hay diferencias específicas entre el hijo mayor y el segundo, y entre el segundo y el tercer hijo. Pero la magnitud de las diferencias es “minúscula”.
“El mensaje de este estudio es que el orden de nacimiento probablemente no debería influir en la crianza de los hijos porque no está significativamente relacionado con la personalidad o el coeficiente intelectual de su hijo”, afirmó la investigadora Rodica Damian, quien participó en la investigación.