La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos estima que el 1% de todos los alimentos producidos en el mundo sufre algún tipo de fraude o falsificación, lo que genera pérdidas de alrededor de 40 mil millones de dólares cada año.
Además de la pérdida económica, estos productos también plantean riesgos en términos de salud pública. En caso de que un alimento fuera modificado con un ingrediente sin colocarlo en el empaque, el consumidor podría sufrir daños al respecto.
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¿Cuáles son los alimentos más fraudulentos en el mercado?
Una estudio, publicado en Journal of Food Protection en marzo de 2024 por expertos en certificación de cadenas productivas, analizó más de 15 mil registros públicos sobre el tema, identificados entre los años 1980 y 2022, según la BBC:
Estos son los 10 alimentos más fraudulentos del mundo, de acuerdo con la lista retomada por el medio británico:
- Leche de vaca
- Aceite de oliva virgen extra
- Miel
- Carne de res
- Chile en polvo
- Aceite de oliva sin especificación de calidad
- Cúrcuma en polvo
- Leche en polvo
- Vodka
- Mantequilla clarificada
Fuente: BBC
La encuesta comprende 20 alimentos en total. La lista la completan:
- Jugo de naranja
- Leche de cabra
- Vino
- Carne de pollo
- Carne molida
- Whisky y otras bebidas alcohólicas
- Azafrán
- Aceite de oliva virgen
- Aceite de sésamo
Los datos revelan que el 46% de los casos de adulteración representan algún riesgo potencial para la salud de quienes consumen estos productos. Los países con mayor número de fraudes detectados fueron:
- India
- China
- Estados Unidos
- Italia
- Reino Unido
Los hallazgos fueron recopilados por investigadores de las empresas estadounidenses FoodChain ID, Henry Chin and Associates y Moore FoodTech y el Ministerio de Agricultura y Ganadería de Brasil (MAPA).
¿Cómo identificar los alimentos fraudulentos?
Los alimentos falsificados son difíciles de identificar, por lo que la forma más eficiente es recurrir a los científicos e instituciones responsables de realizar inspecciones alimentarias, según Aline Silva Mello Cesar, profesora del Departamento de Ciencia y Tecnología de los Alimentos de la de la Universidad de Sao Pablo (USP).
Sin embargo, Cesar reconoce que las agencias y los propios investigadores a menudo están por detrás de los avances en cuanto a la falsificación de alimentos.
“Cada día hay un nuevo fraude o una forma de eludir los métodos analíticos que tenemos para detectar estos problemas”.
Aline Silva Mello Cesar, USP
La investigadora cree que se puede usar biología molecular y secuenciación genética para verificar el origen de diversos productos y reducir la ventaja de los estafadores.
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Consejos para que los compradores no caigan en fraudes
Aunque la forma más efectiva de identificar alimentos falsos o fraudulentos es a través de los estudios especializados, también existen recomendaciones para los consumidores.
“El primero de ellos es sospechar precios muy por debajo del mercado“, dice Cesar. Si un producto baja considerablemente de precio, a más del 50% del costo original, hay que dudar.
“También merece la pena buscar los sellos de inspección o fiscalización emitidos que aparecen en las etiquetas de muchos de estos alimentos”, añade la docente.
Finalmente, si el producto tiene un cambio importante en el sabor, textura, aroma u otros aspectos, es buena idea ponerse en contacto con el servicio de atención al cliente de la empresa o con algún organismo de salud oficial, según Cesar.
¡Cuidado con el fraude alimentario!
El fraude alimentario es “una acción de una persona o industria agroalimentaria con el propósito de obtener un beneficio económico”, según la investigadora Aline Silva Mello Cesar.
A través de la adulteración de los alimentos, se aumenta el beneficio de quienes los fabrican o venden. Por eso se encuentran productos con alto valor agregado como la miel, el aceite de oliva y la carne de res.
Esta información no se agrega en la etiqueta ni en el envase, razón por la que es difícil detectar cualquier caso de fraude alimentario, según precisa la BBC.
“El fraude más común que conocemos es precisamente la adulteración, en la que el fabricante diluye el contenido original o añade ingredientes, como agua y almidón, para que el producto final rinda más“, explica Cesar.
En la miel se agrega jarabe de maíz; en la carne de res se incluyen cortes de otros animales, a la leche y jugos se les pone agua. Los ingredientes añadidos no alteran el sabor de la receta
Estas son las estrategias más comunes para cometer fraudes alimentarios:
- El uso de aditivos artificiales para cambiar el color y apariencia de los alimentos, como aplicar gel para agrandar los camarones, por ejemplo.
- La aplicación de pesticidas y antibióticos prohibidos en algunos lugares.
- Omisión o tergiversación del contenido nutricional: cuando la etiqueta dice que hay un ingrediente específico, no menciona la presencia de alimentos transgénicos, miente que el producto es orgánico o promete efectos milagrosos para la salud, por ejemplo.
- La eliminación de sustancias y características originales de ese alimento, como los compuestos de sabor típicos de algunos pimientos.
- La combinación de todas las técnicas mencionadas anteriormente.
Estas son las consecuencias de los alimentos adulterados
El hecho de agregar ingredientes adicionales a los productos, sin que se informe con antelación, pude provocar que un consumidor alérgico a dicho ingrediente lo consuma sin saberlo, provocando una reacción alérgica grave.
Si un alimento libre de gluten es contaminado con gluten, puede provocar problemas para el consumidor con enfermedad celíaca.
También hay episodios de productos vegetarianos o veganos elaborados con ingredientes de origen animal, o incluso aquellos que dicen ser orgánicos, pero no cuentan con ninguna certificación que acredite esta práctica agrícola específica.