Investigadores de la Universidad de Sidney en Australia, descubrieron la fórmula que puede ayudar a prolongar la vida debido a que reduce el riesgo de muerte prematura, particularmente por enfermedad cardiovascular.
Esta nueva investigación, publicada en la revista especializada Nature Medicine, reveló que la fórmula para alargar la vida se compone de sólo tres o cuatro ráfagas de actividad física vigorosa de un minuto cada una, durante las tareas diarias está asociada con grandes reducciones en el riesgo de muerte prematura, particularmente por enfermedad cardiovascular.
Ya que, según los investigadores, las tres o cuatro sesiones de actividad física vigorosa de un minuto todos los días se asocian con una reducción de hasta un 40 % en la mortalidad por todas las causas, incluyendo el cáncer, y una reducción de hasta un 49 % en la muerte relacionada con enfermedades cardiovasculares.
Esta fórmula para alargar la vida compuesta de ráfagas de actividad vigorosa, denominadas “actividad física de estilo de vida intermitente vigorosa” o también conocidas como VILPA son los episodios breves de actividad vigorosa, los cuales pueden durar hasta uno o dos minutos, que se hacen con gusto todos los días, como correr para tomar el autobús, ráfagas de energía caminando mientras se hacen compras o mandados o jugando juegos de alta energía con los niños.
“Unas pocas sesiones muy cortas de tres a cuatro minutos al día podrían ser muy útiles, y hay muchas actividades diarias que se pueden ajustar para aumentar el ritmo cardíaco durante un minuto más o menos”, dijo el autor principal Emmanuel Stamatakis, profesor de actividad física, Estilo de vida y salud de la población en el Centro Charles Perkins de la Universidad de Sydney.
La mayoría de los adultos de 40 años o más no practican ejercicio o deporte con regularidad, pero los expertos aseguran que el estudio reveló cómo la actividad física incidental puede superar muchas barreras.
“Aumentar la intensidad de las actividades diarias no requiere compromiso de tiempo, preparación, membresías en clubes ni habilidades especiales. Se trata simplemente de acelerar el paso mientras se camina o se hacen las tareas del hogar con un poco más de energía”, agregó.
Un análisis comparativo reveló que la actividad vigorosa de 62 mil personas que hacían ejercicio con regularidad y las que hacían episodios breves de actividad vigorosa tenían resultados comparables. Esto implica que si la actividad vigorosa se realiza como parte del ejercicio estructurado o de las tareas domésticas, no se comprometen los beneficios para la salud.
Para saber llegar a la fórmula que puede alargar la vida, los investigadores utilizaron datos de rastreadores de muñeca del Biobanco del Reino Unido , una base de datos biomédica a gran escala, para medir la actividad de más de 25 mil “no deportistas”, es decir, de participantes que informaron que no practican ningún deporte ni hacen ejercicio durante el tiempo libre.
Mediante este método, los investigadores pudieron concluir que cualquier actividad registrada por este grupo era actividad física incidental realizada como parte de la vida cotidiana.
Éste es el primer estudio dedicado a medir con precisión los beneficios para la salud de lo que los investigadores han denominado “actividad física de estilo de vida intermitente vigorosa”.
“Nuestro estudio muestra que se pueden lograr beneficios similares al entrenamiento en intervalos de alta intensidad (HIIT) al aumentar la intensidad de las actividades incidentales que se realizan como parte de la vida diaria, y cuantas más, mejor”, indicó Stamatakis.
