Intoxicación por plomo es una “amenaza invisible” que persiste en México
La intoxicación por plomo sigue siendo una amenaza latente para la salud pública, especialmente entre los sectores más vulnerables de la población, así lo dio a conocer Adriana González Villalba, experta de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), durante su conferencia virtual el pasado 7 de noviembre.
“El plomo es un peligro que no desaparece”, señaló González Villalba al explicar que, aunque el uso de este metal en gasolinas ha sido eliminado en casi todo el mundo, existen otras fuentes importantes de exposición que aun persisten.
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A pesar de estos avances el plomo sigue presente en el día a día de millones de personas en todo el mundo causando intoxicaciones, aseguró la especialista universitaria.
“La exposición no desaparece porque muchas fuentes, especialmente en los países productores, no han sido controladas”, afirmó González Villalba.
“No existe un nivel seguro de plomo”, recalcó la doctora González, al advertir que incluso las concentraciones más bajas son peligrosas, especialmente en los niños.
Consecuencias a la salud de la exposición e intoxicación por plomo
Los efectos del plomo en el organismo son devastadores y, en su mayoría, irreversibles.
- Daños en niños
Los niños menores de seis años son particularmente vulnerables debido a que el sistema nervioso en desarrollo absorbe este metal con mayor facilidad.
La exposición al plomo en menores está directamente relacionada con un menor coeficiente intelectual, problemas de aprendizaje y alteraciones de conducta que pueden limitar sus capacidades para toda la vida”, sostuvo la experta.
Sin embargo, en casos graves, el saturnismo, como se conoce también a la intoxicación por plomo, puede causar daños severos en el cerebro, incluyendo encefalopatía, e incluso la muerte.
- Daños en adultos
En los adultos, los efectos también son graves y prolongados. Según la universitaria, la exposición continua al plomo ha sido relacionada con enfermedades cardiovasculares, hipertensión, problemas renales e infertilidad.
González Villalba explicó que el plomo tiende a acumularse en los huesos, donde puede permanecer durante décadas debido a su similitud química con el calcio.
El problema es que en los momentos en que el organismo necesita calcio y lo extrae del hueso, el plomo acumulado puede liberarse nuevamente en el torrente sanguíneo, generando una fuente persistente de intoxicación.
Plomo es un peligro en México
México enfrenta una situación particular, ya que, según González Villalba, el país es el cuarto productor mundial de plomo, y muchos artículos de uso común siguen conteniendo este metal tóxico.
Por ejemplo, los productos de cerámica vidriada siguen representando un riesgo importante, especialmente en las piezas de barro tradicionales, muchas de las cuales contienen esmaltes con altos niveles de plomo.
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De igual modo, muchas viviendas antiguas todavía conservan capas de pintura con plomo que, al descascararse, liberan polvo tóxico que puede ser inhalado o ingerido, afectando sobre todo a los niños, dijo la experta.
Entre los productos comunes que contienen plomo en México están: las cerámicas vidriadas, las baterías de automóviles y algunas pinturas de uso industrial.
Desde 2013, México cuenta con normativas para limitar la concentración de plomo en las pinturas, aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) sigue abogando por su eliminación total en todos los productos comerciales.
¿Qué se puede hacer? Medidas de prevención y tratamiento
González Villalba subrayó que el ingreso de plomo al organismo se produce principalmente por inhalación o ingesta, lo que significa que las medidas preventivas son clave.
Para prevenir la exposición al plomo se sugiere:
- Evitar pinturas con plomo, utilizar cerámicas sin esmaltes tóxicos y sustituir las tuberías de plomo en viviendas antiguas son algunas recomendaciones importantes para reducir el riesgo de exposición.
- A nivel doméstico, los especialistas recomiendan limpiar con frecuencia las superficies para evitar la acumulación de polvo y lavarse las manos de forma regular, sobre todo en el caso de los niños, quienes tienen más riesgo de llevarse las manos y otros objetos a la boca.
En cuanto a los tratamientos para tratar la exposición al plomo, la académica explicó que existe un tratamiento mediante quelación, un proceso en el cual se administran medicamentos que capturan el plomo en la sangre y permiten su eliminación del organismo.
Sin embargo, González Villalba señaló que la prevención es siempre preferible.
Historia del plomo en la humanidad, un metal mortal
De acuerdo con la experta, la historia del uso del plomo data de la prehistoria. sin embargo, este metal, que ha sido usado en herramientas de piedra y hasta en las tuberías de los acueductos romanos, resurgió con fuerza durante la revolución industrial, cuando se incorporó a una variedad de productos, desde utensilios de cocina hasta cosméticos y pinturas.
A partir de 1920, el plomo se añadió a las gasolinas para mejorar el rendimiento de los motores, lo cual provocó un aumento exponencial en la cantidad de este metal disperso en el aire, el suelo y el agua.
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En la década de 1970, el psiquiatra infantil Herbert Needleman descubrió que incluso pequeñas cantidades de plomo eran suficientes para causar graves daños neurológicos en niños.
Needleman fue determinante en la decisión de Estados Unidos de comenzar a eliminar el plomo de sus gasolinas en 1975, una medida que posteriormente adoptaron muchos otros países, incluyendo México, que completó este proceso entre 1997 y 2000, indicó la experta.
Argelia se convirtió en 2021 en el último país en prohibir el plomo en sus combustibles.
La lucha contra el plomo, un “enemigo silencioso”, sigue siendo un reto, y la conciencia sobre sus efectos, así como el impulso hacia una regulación más estricta, son los pasos más urgentes para reducir los daños de esta amenaza que, aunque invisible, sigue presente, concluyó la especialista de la UNAM.