La inflamación cerebral es uno de los grandes temores de las personas, pues a veces los síntomas de alerta pasan desapercibidos y las consecuencias pueden ser fatales; van desde convulsiones, una urgencia médica que requiera de varios días de internamiento hospitalario, la pérdida de diversas funciones motoras o hasta la muerte.
¿Qué la causa?
Los responsables de inflamación en el cerebro son:
- Virus, por padecer herpes, varicela, rabia, sarampión, paperas, polio, rubeola o por la picadura de un insecto
- Bacterias, a causa de infecciones en el oído, infecciones en senos paranasales, fracturas de cráneo o algunas cirugías
- Parásitos como toxoplasma, que se aloja en algunos animales como gatos, roedores o pájaros
- Hongos presentes en excremento de aves, murciélagos, en algunos ecosistemas, madera u hojas en descomposición
Tipos de inflamación en el cerebro
De acuerdo con el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cardiovasculares de Estados Unidos, existen dos tipos de inflamación cerebral:
- Encefalitis, sucede cuando el órgano está hinchado
- Meningitis, que se presenta cuando la membrana que cubre al órgano también se hincha
¿Cuáles son los síntomas de la inflamación cerebral?
Tanto en la encefalitis como en la meningitis, los síntomas pueden ser muy similares:
- Fiebre
- Cansancio
- Dolor de cabeza
- Rigidez en el cuello
- Sensibilidad a la luz
- Náuseas
- Vómito
- Visión doble
- Somnolencia
- Confusión
¿Cuáles pueden ser las consecuencias?
En caso de no atenderse a tiempo, la inflamación en el cerebro podría causar problemas para hablar, escuchar o ver; en casos graves, se desarrollarían dificultades cognitivas con la pérdida de la conciencia, convulsiones o debilidad muscular.
Grupos de riesgo
Cinfa, laboratorio español que posee un medio de divulgación científica, médica y de salud, señala que entre los grupos que se encuentran en más riesgo de padecer inflamación cerebral y tener consecuencias de mayor importancia son:
- Niños
- Ancianos
- Personas con el sistema inmune comprometido (pacientes con cáncer, SIDA o VIH