Un grupo de investigadores de la Universidad de Oxford, en Reino Unido descubrieron que las personas, generalmente, prefieren imágenes de alimentos generadas por inteligencia artificial (IA), que fotografías de alimentos reales, especialmente cuando desconocen su verdadera naturaleza.
Según los investigadores, los resultados sugieren que las imágenes de alimentos generadas por inteligencia artificial destacan por mejorar el atractivo de los alimentos representados al aprovechar características clave como la simetría, la forma, el brillo y la iluminación y el color. Incluso cambios sutiles en el posicionamiento pueden mejorar el atractivo de las imágenes de alimentos generadas por inteligencia artificial.
Y es que, es sabido que todos estos elementos contribuyen significativamente al atractivo de las imágenes gastronómicas.
Lo bueno y lo malo de las imágenes de comida con IA
Derivado de los resultados de la investigación, Charles Spence, coautor del estudio, indicó que “si bien los elementos visuales generados por IA pueden ofrecer oportunidades de ahorro para los especialistas en marketing y la industria al reducir el costo de encargar sesiones fotográficas de alimentos, estos hallazgos destacan riesgos potenciales asociados con la exacerbación del “hambre visual” entre los consumidores.
Lo que eventualmente podría influir potencialmente en conductas alimentarias poco saludables o fomentar expectativas poco realistas sobre los alimentos entre los consumidores.
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Además, los investigadores también descubrieron que las imágenes generadas por inteligencia artificial tienden a hacer que los alimentos parezcan más densos en energía en comparación con los originales, particularmente en la abundancia representada. Por ejemplo, la inteligencia artificial puede aumentar la cantidad de papas fritas en la imagen o agregar más crema batida a un postre.
Esto puede resultar peligroso debido a que dado que los humanos tienen un impulso evolutivo para prestar más atención a los alimentos ricos en energía, esto genera preocupación de que la difusión generalizada de tales imágenes idealizadas de alimentos podría promover el consumo de alimentos poco saludables inducido por señales.
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Otro aspecto que destacaron los investigadores es que los patrones de consumo sostenible pueden verse afectados, ya que, la producción constante de imágenes de alimentos mejoradas por IA puede causar un estándar poco realista sobre cómo deberían verse los alimentos naturales.
¿Cómo fue posible saber esto?
En el estudio, los investigadores pidieron a 297 participantes que calificaran imágenes de alimentos reales o generadas por inteligencia artificial, entre las que se incluía una variedad de alimentos naturales, procesados y ultraprocesados, desde manzanas y zanahorias hasta batidos de chocolate y patatas fritas, en una escala que iba desde “nada apetecible” hasta “extremadamente apetecible”.
Cuando a los participantes se les dijo cómo se había creado cada imagen, ya sea mediante fotografía o IA, tendieron a calificar las versiones reales y generadas por inteligencia artificial como igualmente atractivas. Sin embargo, cuando los participantes desconocían el proceso de creación de imágenes, la versión generada por IA fue calificada consistentemente como significativamente más apetitosa que la imagen de comida real.