La carne de pollo es una opción accesible y nutritiva para las personas. Sin embargo, su mal manejo al consumirla puede provocar intoxicaciones alimentarias de gravedad como el síndrome Guillain-Barré. La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) explica cómo comer pollo de forma segura y prevenir daños a la salud.
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¿Cómo preparar y consumir de forma segura pollo?
El consumo seguro de carne de pollo se puede garantizar considerando los siguientes puntos:
1. Al comprarlo
El pollo debe comprarse en lugares con el sello TIF, que es la certificación de instalaciones adecuadas. Estos pueden ser establecimientos que pertenezcan a la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales o bien negocios con refrigeración y prácticas de higiene.
2. Tiempo de refrigeración
Una vez que se compra, el pollo no debe pasar mucho tiempo fuera de refrigeración. Al colocarlo en el refrigerador debe mantenerse alejado de alimentos que no serán cocinados.
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3. Conservación
Se recomienda comprar sólo la cantidad necesaria para preparar en el momento. Pero, en caso de no prepararse en las próximas horas lo mejor es congelarlo a menos cinco grados centígrados (-5 °C), ya que, en la carne de pollo, las bacterias proliferan entre los 5° y los 60° centígrados.
4. Limpieza
La UNAM recomienda no lavar el pollo. En caso de lavarlo lo mejor es desinfectar con agua y jabón las manos y superficies con las que tenga contacto la carne, antes, durante y después de lavarlo.
Al manejarlo, la sugerencia es usar tablas y utensilios para el manejo del pollo crudo.
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- Cocinar
El pollo debe cocinarse a altas temperaturas para su consumo, preferentemente a más de 60°C, debido a los rangos de proliferación de bacterias en el pollo, arriba mencionadas. No debe verse crudo o en mal estado.
Consecuencias de un mal manejo del pollo al consumirlo
El síndrome de Guillain-Barré, una afección en la que el sistema inmunológico ataca la red de nervios ubicada fuera del cerebro y la médula espinal es una de las consecuencias a la salud de no tener un buen manejo de la carne de pollo al consumirla.
Un ejemplo de esto es lo ocurrido en México, que desde el mes de marzo de este año se han reportado tres muertes y más de 80 casos de este síndrome. Según los reportes, al menos la mitad tiene relación con la infección de la bacteria Campylobacter que suele transmitirse al humano por heces o carne animal contaminada durante la matanza o en la preparación.
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Ahora bien, ingerir este alimento no significa que necesariamente que las personas desarrollen el síndrome Guillain-Barré. El problema ocurre cuando las bacterias encuentran la oportunidad de contaminar los alimentos, que puede suceder a lo largo de los distintos pasos entre la matanza, los traslados, la vendimia, el manejo inadecuado del pollo crudo o su consumo sin estar bien cocido, asegura Jorge Francisco Monroy López, académico de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (fmvz) de la UNAM.
Un tener un manejo de consumo seguro del pollo, también puede ser causante de otras intoxicaciones alimentarias muy peligrosas, como Salmonella, si no se siguen los cuidados necesarios.
“En el caso actual se le ha vinculado a la carne de pollo, por bacterias que normalmente viven en su tracto digestivo sin causar alguna enfermedad. De hecho, es normal que así vivan estos organismos en muchas especies de carne caliente: cerdos, vacas, en animales de compañía como gatos y perros, y en nosotros mismos”, aclara
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Carne de pollo, la proteína más consumida
México es el quinto consumidor de pollo a nivel mundial. De acuerdo con la UNAM, los mexicanos consumen, aproximadamente, 35 kg de pollo al año por persona. De hecho, es la proteína animal más consumida, con más de 400 mil toneladas al año, según datos retomados por la UNAM del Consejo Mexicano de la Carne.