El acelerado estilo de vida actual, con numerosas exigencias a nivel familiar y laboral, ha transformado al estrés en un enemigo que provoca diversas enfermedades, afectando las actividades cotidianas, aseguran expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quienes explican cómo reacciona el cerebro ante el estrés y el impacto que éste tiene en la salud física y mental.
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El impacto del estrés en el cerebro
El estrés permite a las personas enfrentar amenazas que ponen en peligro su supervivencia. No obstante, el estilo de vida actual provoca estrés de forma excesiva lo que puede derivar en diversas enfermedades, señalan Alicia Castillo Martínez y Diego Armando Coronel Manzo, académicos de la Facultad de Medicina de la UNAM.
De acuerdo con Coronel Manzo, cuando el estrés es excesivo, el cuerpo comienza a sobreproducir cortisol, la hormona encargada de preparar el cuerpo para entrar en modo huida, alterando otros genes que afectan al sistema inmune y a estructuras del cerebro.
A largo plazo, si el estrés se vuelve crónico y se añaden factores como: tener una mala alimentación o no dormir lo suficiente, el cortisol comienza a afectar regiones del cerebro como el hipocampo, la corteza prefrontal y la amígdala, reduciendo su tamaño.
Mientras los niveles de cortisol estén en equilibrio, éste ayuda a controlar el estrés.
Como consecuencia, dice el experto, se provocan alteraciones en la memoria, que en casos muy extremos llevan a la demencia y hay dificultades para concentrarse, tomar decisiones o hacer planes de futuro. Asimismo, hay una reducción en la densidad neuronal y una serie de alteraciones en el flujo sanguíneo del cerebro.
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La consecuencia más grave del estrés
Según los expertos, más allá de alterar la vida cotidiana un cerebro estresado puede sufrir una seria emergencia médica: un derrame cerebral. Esto, debido a que se altera el flujo sanguíneo del cerebro, ya que, el estrés puede provocar que venas y nervios se contraigan, obstruyendo el suministro de sangre, oxígeno y nutrientes.
Cuando esto sucede, el corazón tiene que trabajar más, la presión arterial aumenta y los niveles de azúcar y grasa en la sangre también se incrementan. Todos estos factores pueden incrementar la probabilidad de que se forme un coágulo de sangre y llegue al cerebro, provocando un derrame cerebral.
Aunque este y otros daños que el estrés puede provocar en el cerebro siguen siendo estudiados, los dos especialistas de la UNAM coinciden en que las consecuencias de tener un cerebro estresado pueden ser severas. Por lo que, enfatizaron que es necesario generar cambios en el estilo de vida.
¿Qué pasa en el cerebro cuando nos estresamos?
Castillo Martínez indicó que, al estar estresados, intervienen varias estructuras del cerebro. Por ejemplo:
- El hipocampo, ayuda a entender y memorizar aquello relacionado con la amenaza
- El hipotálamo, activa un sistema de alarma en el cuerpo
- La corteza prefrontal, que permite tomar decisiones asertivas o funcionales ante la amenaza percibida
- El locus coeruleus, que controla la capacidad de concentración bajo estrés.
Además de la amígdala y las glándulas suprarrenales, ubicadas encima de cada riñón, quienes participan, segregando cortisol. Sin embargo, cuando el estrés es excesivo, el cuerpo comienza a sobreproducir cortisol.
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Estrategias para reducir el estrés
Los especialistas de la máxima casa de estudios de México compartieron las siguientes recomendaciones para reducir el estrés:
- Realizar ejercicio, ya que es una actividad neuroprotectora. Los ejercicios no deben ser de relajación en una primera instancia. Como el cuerpo ya viene rígido por el estrés, se sugiere primero hacer estiramientos o ejercicios de fuerza, y luego ejercicios de relajamiento
- Reconocer que hay cosas que no se pueden cambiar
- Mantenerse en contacto con personas que pueden proporcionar apoyo emocional
- Evitar el consumo de alcohol y drogas
- Dormir lo suficiente, no más ni menos del número de horas que se recomienda dormir al día
- Mantener una dieta saludable
- Planificar y prever actividades diarias y añadir otras eventuales, como tareas, exámenes o reuniones de trabajo
- Disponer de un plan y de rutinas diarias sirve para bajar el estrés
Si estas medidas no son suficientes para reducir el estrés, los académicos sugieren que lo más conveniente es asistir con un especialista en salud mental, ya sea un psiquiatra o un psicólogo, para encontrar la forma de “ver nuevamente al estrés como un aliado”.