El envejecimiento se puede retrasar, UNAM asegura que la respuesta está en la autofagia
Envejecer es un proceso inevitable del ser humano que no se puede detener, pero sí el deterioro del organismo y esto puede ser gracias a la autofagia, según la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
La UNAM aseguró que si entendemos los mecanismos moleculares y celulares que permiten a los ratopines, un topo de tamaño similar a los ratones y que viven entre 30 y 40 años sin desarrollar características de envejecimiento ni padecer enfermedades asociadas a la vejez (como cáncer, neurodegeneración, enfermedades cardiovasculares, entre otras) se pueden desarrollar estrategias para retrasar la senilidad.
La institución mencionó que las células tienen mecanismos para identificar componentes dañados y repararlos o, bien, eliminarlos y remplazarlos.
Señala que entre las características que distinguen al envejecimiento se encuentra la falla de esos procesos, por lo que ya no es posible a las células reparar sus componentes, como el material genético, las proteínas y organelos como las mitocondrias.
¿Qué es la autofagia?
La UNAM destacó que uno de los principales mecanismos de mantenimiento de las células se llama autofagia.
Y la definió como aquel proceso por el cual las células digieren sus propios componentes por medio de los lisosomas.
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Los lisosomas son organelos especializados que rompen las moléculas que componen el material que se llevó a su interior, lo cual permite a la célula volver a utilizar esos materiales o, por el contrario, desecharlos. Los lisosomas funcionan como el sistema digestivo de las células, informó la UNAM.
¿Cómo funciona la autofagia?
Las células han desarrollado una manera de resistir sin comer durante largos periodos mediante la digestión de sus propios componentes.
Cuando las condiciones de ayuno se prolongan, las células activan la autofagia con el fin de digerir parte de sus propios componentes y reciclar los metabolitos necesarios para sintetizar moléculas más esenciales.
La autofagia estimula el metabolismo de lípidos y de azúcares; también regula la disponibilidad de hierro. Incluso, ayuda a las células a secretar no sólo material dañino sino, también, proteínas que funcionan como señales para células vecinas.
Al dejar de funcionar la autofagia, como ocurre en el envejecimiento, se pierden estas funciones benéficas. Por eso es esencial que la autofagia funcione adecuadamente, reiteró la UNAM.
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La UNAM también observó que la autofagia dejó de funcionar en los cerebros de personas que murieron de algún trastorno neurodegenerativo como las enfermedades de Parkinson o de Alzheimer.
“Estudios en diversas especies han mostrado que al estimular la autofagia se retrasa la ancianidad”.
UNAM
¿Cómo llegar a un estado saludable durante la vejez?
Investigaciones coinciden que un estilo de vida puede ayudar a la autofagia, como una dieta baja en calorías (que puede alcanzarse dejando de comer cuando la persona está 80% satisfecha) y mantienen actividad física.
El ejercicio induce autofagia, incluso en las neuronas cerebrales, sabiendo que el envejecimiento es el principal factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades crónicas asociadas a la vejez.
Al retrasar el envejecimiento mismo, se podría retrasar el desarrollo de diversas enfermedades. Esto parece más efectivo que estudiar y atacar una enfermedad a la vez, concluyó la UNAM.