El dolor o inflamación en al menos una articulación sin causa aparente podrían ser síntomas de artritis reumatoide, asegura la Secretaría de Salud. Por ello, autoridades sugieren acudir a revisión con un especialista en reumatología y en todo caso recibir un tratamiento inmediato.
¿Qué es la artritis reumatoide?
La artritis reumatoide es un padecimiento autoinmune; esto significa que las defensas naturales del paciente no atacan solamente a los agentes patógenos potencialmente dañinos, como debería ocurrir en condiciones normales, sino al organismo, en este caso, a la membrana sinovial de las articulaciones, provocando inflamación y dolor.
La artritis reumatoide puede limitar funcionalmente a las y los pacientes, por lo que el objetivo del tratamiento es detener su progresión para evitar secuelas funcionales a largo plazo; “se trata de una enfermedad crónica que no tiene cura, pero que se puede controlar de forma satisfactoria”, indicó Angélica Hayleen Peña, jefa de la División de Reumatología del Instituto Nacional de Rehabilitación “Dr. Luis Guillermo Ibarra Ibarra” (INRLGII).
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Existen cerca de 80 enfermedades distintas que se manifiestan con cuadros de artritis; no obstante, esta enfermedad reumatoide tiene características clínicas, radiológicas y de laboratorio para el diagnóstico por parte de la o el médico internista especializado en reumatología.
Factores de riesgo para la artritis reumatoide
Entre los factores de riesgo que existen para padecer esta enfermedad se encuentran:
- Antecedentes genéticos
- Ser mujer
- Edad, debido a que se presenta entre los 30 y 60 años
- Tabaquismo
De hecho, Hayleen Peña detalló que hay estudios que demuestran la relación directamente proporcional entre la duración del consumo de tabaco en años y la intensidad expresada en número de cigarros por día, con el incremento del riesgo de desarrollar artritis reumatoide.
¿Cómo se puede tratar la artritis reumatoide?
El objetivo del tratamiento es que el sistema inmunológico funcione de forma normal, particularmente la membrana sinovial de las articulaciones para que deje de causar inflamación y dolor y, a largo plazo, reduzca todo lo posible el daño, indicó la experta.
Para las personas que acuden a solicitar atención médica cuando ya tienen tejido articular dañado, existen técnicas quirúrgicas que ayudan a recuperar cierto nivel de funcionalidad.
Hayleen Peña explicó que existe un espectro amplio de recursos farmacológicos que mejoran la calidad de vida de pacientes, entre ellos, los antiinflamatorios especializados; analgésicos focalizados y los antirreumáticos modificadores de la enfermedad como la azatioprina, el etanercept el infliximab y la eflunomida.
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No a la automedicación
No obstante, advirtió sobre los peligros de la automedicación en la artritis reumatoide, específicamente el consumo de corticoides o esteroides como dexametasona, betametasona o prednisona.
Asimismo, alertó sobre los riesgos de consumir productos supuestamente naturistas, como el llamado Artri King que anuncia en su etiqueta que contiene ortiga y ajo rey, cuando en realidad contiene corticoides, cuyo consumo descontrolado y sin vigilancia médica puede ocasionar serios efectos secundarios.
Sobre este producto, recordó que existe una alerta de la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), y que hay muchos otros en el mercado, por lo que aconsejó de manera enérgica evitar su ingesta y, ante cualquier síntoma de inflamación y dolor de las articulaciones, acudir con la o el reumatólogo, que es el especialista competente.
La importancia de un diagnóstico oportuno
La especialista explicó que el diagnóstico precoz de artritis reumatoide aumenta la efectividad de tratamientos farmacológicos y terapéuticos existentes para ralentizar el deterioro del tejido articular que causa la patología.
En cambio, un diagnóstico tardío en la enfermedad provoca que ésta sea irreversible en el daño que haya, como: deformidad articular y limitación en la capacidad funcional. Además, hace que el pronóstico sea mucho menos promisorio.
De ahí la importancia de acudir a revisión con un especialista en reumatología y recibir tratamiento inmediato.
“Hasta 70 por ciento de los pacientes que llega al instituto nunca había tenido contacto con un especialista en reumatología; de ellos, ocho de cada 10 tienen una enfermedad reumática establecida, debido a que transcurrieron, en promedio, cinco años para recibir el diagnóstico, y eso empeora la calidad de vida en el mediano y largo plazos”.
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El diagnóstico de la artritis reumatoide puede retardarse debido a que en la etapa inicial, la persona da poca importancia a los síntomas o los enmascara tomando algún analgésico o desinflamatorio.
Además, dijo, es muy frecuente que, por recomendación de un vecino, un amigo o familiar, las personas recurran a productos naturistas que sólo disfrazan la enfermedad, y si bien hacen que la persona se sienta mejor de forma temporal, después hay complicaciones, retrasan el diagnóstico y el inicio del tratamiento.
La artritis en México y el mundo
La especialista señaló que en el mundo, la artritis reumatoide afecta entre 0.5 y 1.0% de la población. En México existen estudios que muestran que en algunas comunidades la prevalencia es de 1.6%.