La disnea es uno de los síntomas causados por el COVID-19, que incluye dificultad para respirar o falta de aire, el cual también puede presentarse como secuela tras haber padecido la enfermedad, según Susana López Charretón, especialista de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Por su parte, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) advierten que la disnea es uno de los síntomas que ha aumentado entre los nuevos pacientes del COVID-19, causado por Ómicron y sus subvariantes.
¿Qué es la disnea, síntoma del COVID-19?
De acuerdo con el Diccionario Médico, la disnea, al igual que el dolor, es un síntoma que se experimenta de forma subjetiva, ya que depende de la percepción de cada persona, por lo que se dificulta la medición de su gravedad. La recomendación es que los pacientes con COVID mantengan un monitoreo del nivel de oxígeno en sangre a través del uso de un oxímetro.
La disnea puede asociarse, o generar, con hipoxia o hipoxemia, que es un nivel bajo de oxígeno en sangre, que puede provocar desmayos y otros síntomas graves; si la disnea es grave y persiste por un tiempo, existe el riesgo de deterioro cognitivo temporal o permanente.
¿Qué hacer si un paciente COVID presenta disnea?
La disnea es calificada por la OMS como un síntoma “serio” del COVID, por lo que si un paciente lo presenta, se debe solicitar atención médica “de inmediato”.
El tratamiento dependerá de la gravedad del problema: en casos graves, se necesitará oxígeno suplementario o se usará un broncodilatador inhalado de rescate.
El tratamiento con oxígeno no ayudará con la disnea si los niveles de oxígeno en la sangre son normales. Nunca use oxígeno sin el aval de un especialista.
Se pueden controlar las dificultades respiratorias en casa
Si el paciente que presenta disnea debido al COVID puede seguir en casa tras la revisión médica, la Sociedad Respiratoria Europea recomienda una serie de ejercicios que pueden ayudar a reducir la sensación de falta de aire.
Asimismo, estos ejercicios pueden ayudar a las personas que, tras superar el COVID, aún presenten la disnea como secuela de la enfermedad.
Ejercicios para controlar la respiración
El control de la respiración significa respirar suavemente, con el mínimo esfuerzo. Esto ayudará a controlar la disnea.
El primer paso es colocarse en una postura cómoda para aliviar la falta de aire:
- Posición 1: Siéntese con la espalda recta en un sillón cómodo, con ambos brazos en el reposabrazos o en cojines. Deje caer los hombros y relájese. Apoye la planta de los pies en el suelo.
- Posición 2: Siéntese en una silla y deje caer el cuerpo hacia delante. Descanse los brazos sobre una mesa o sobre las rodillas para apoyarse.
- Posición 3: Acostarse de costado descansando la cabeza y el tórax sobre cojines. Coloque un cojín bajo el cuello para sostener la cabeza. Apoye la parte superior del brazo en un cojín colocado delante del pecho y otra almohada más entre las piernas.
Una vez que se encuentre en una posición correcta, coloque una mano sobre el abdomen e inhale suavemente para sentir cómo se eleva. Después exhale lentamente por la nariz o la boca, un tip que pude ayudarlo es imaginar que está intentando que la llama de una vela tiemble, pero que no se apague.
Reducción del ritmo de respiración
Una vez que se haya acostumbrado a la respiración abdominal, intente reducir el ritmo de sus inhalaciones. Al disminuir el ritmo, la respiración se vuelve más profunda y efectiva.
Respiración en rectángulo
Hay que buscar un artículo en casa con forma rectangular, como una ventana, una puerta, un cuadro o, incluso, un libro.
Hay que seguir con la mirada los bordes del rectángulo según vaya respirando, inhalando en los lados cortos y exhalando en los largos.
Baje poco a poco la velocidad con la que su vista se mueve por el rectángulo, y haga pausas en las esquinas para ralentizar la respiración.
Refrésquese la cara
Refrescarse la cara, especialmente el área de la nariz, puede ayudar a aliviar la sensación de falta de aire; se recomienda usar un paño húmedo fresco para pasarlo por la nariz y las mejillas.