Decir groserías o malas palabras podría ser bueno para la salud, según indican varios estudios científicos. Te decimos qué beneficios tiene para el cuerpo “ser malhablado”.
Beneficios de decir “groserías”
Efectos hipoalgésicos ante el dolor
Un estudio publicado en la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos (NLM por sus siglas en inglés), reveló que decir groserías aumentó la tolerancia al dolor, aumentó la frecuencia cardíaca y disminuyó la percepción del dolor en comparación con no decir malas palabras.
Esto se debe, según los investigadores a que maldecir induce una respuesta de lucha o huida y anulan el vínculo entre el miedo al dolor y la percepción del dolor.
No obstante, los expertos destacaron en un estudio posterior que la habituación a decir malas palabras muestra un efecto de menor tolerancia al dolor, en comparación con quienes lo hacen con menos frecuencia.
Alivio del dolor social y emocional, así ayudan las malas palabras
Un estudio más, también publicado en la NLM, indicó que maldecir no sólo alivia el dolor físico, sino que también ayuda a aliviar los sentimientos heridos, afirmó el experto en psicología encargado de la investigación.
Efectos negativos de las groserías
Si bien, decir groserías puede tener efectos positivos a la salud, dado que tiene intenciones catárticas, el académico de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Gerardo Sánchez Dinorín, asegura que si las personas blasfeman cuando están enojadas o molestas podrían tener un resultado contrario y retroalimentar la energía o el impulso del ser humano de luchar.
Esto se debe a que decir groserías no atenúa la activación de los sistemas vinculados con el estrés, sino que podría retroalimentar la respuesta de los mecanismos que nos preparan para luchar o huir de las amenazas.