El 52% de las personas que contraen COVID-19 sufren trastornos de sueño, de acuerdo con un metaanálisis retomado por el portal The Conversation; sin embargo, los más recientes hallazgos muestran que los problemas para dormir persisten aún después de la infección y que nuestros sueños también se ven severamente afectados.
¿Es más probable que tengas insomnio si padeces COVID-19?
De acuerdo con Jakke Tamminem y Rebecca Crowley, especialistas en Psicología de la Universidad Royal Holloway de Londres, Inglaterra, el tipo más común de alteración del sueño informado es el insomnio, cuyos afectados suelen tener dificultades para conciliar el sueño o permanecer dormidos y, a menudo, se despiertan temprano en la mañana.
Un estudio de China precisa que el 26% de las personas hospitalizadas por COVID-19 presentan insomnio, mientras que en Estados Unidos se estima que las personas contagiadas pueden tener esta problema hasta un mes después de ser diagnosticados.
¿Cómo se relacionan los problemas de sueño con el SARS-CoV-2?
Es común que las personas infectadas con COVID-19 padezcan síntomas a largo plazo, además de problemas de sueño persistentes, ya que casi el 80% de los encuestados en Estados Unidos reportaron tener insomnio aun después de salir negativos por SARS-CoV-2.
“Los participantes con COVID prolongado durmieron menos en general y tuvieron un sueño menos profundo que los participantes que nunca habían tenido el virus”, dice el estudio de The Conversation, al mismo tiempo que enlistó los siguientes problemas relacionados con este tipo de insomnio:
- Cansancio
- Falta de concentración
- Problemas de memoria
- Neblina mental
- Incapacidad del sistema inmunológico para combatir infecciones
Entre las razones de que los pacientes con COVID-19 tengan insomnio se identifican factores fisiológicos, psicológicos y ambientales. La más aceptada tiene que ver con el hecho de que el virus puede tener un impacto directo en el cerebro, incluidas las áreas que controlan los estados de vigilia y sueño.
En este sentido, el SARS-CoV-2, con sus respectivas variantes, infecta el sistema nervioso central o afecta el suministro de sangre al cerebro. Cabe destacar que los síntomas por la enfermedad (fiebre, tos y dificultad para respirar) también son conocidos por perturbar el sueño.
Recomendaciones de especialistas ante este tipo de insomnio
Los especialistas de Londres recomiendan terapia cognitiva conductual (TCC) para el insomnio provocado por el SARS-CoV-2, aunque para problemas de sueño menos graves, también se recomiendan las siguientes medidas:
- Mantener un horario regular de sueño y vigilia
- Restringir el pensamiento sobre cosas que lo hacen sentir estresado a momentos específicos del día
- Usar tu cama solo para dormir y tener sexo
- Acostarse y levantarse cuando naturalmente se sienta inclinado a hacerlo
- Compartir sentimientos de estrés y ansiedad con familiares y amigos
- Reducir la exposición a la luz asegurándose de que el dormitorio esté lo más oscuro posible
- Hacer ejercicio regularmente a la luz del día
- Evitar comer cerca de la hora de acostarse.
¡¿Qué!? El COVID-19 también altera nuestros sueños
El COVID-19 tiene el potencial de causar problemas relacionados con la salud mental, tales como ansiedad y depresión, relacionados con la preocupación que conlleva la enfermedad; sin embargo, con la perturbación de los periodos para dormir, también viene un fuerte impacto en los sueños de las personas infectadas.
Desde la perspectiva del Estudio Internacional del Sueño COVID-19, un proyecto de investigación global que involucra a científicos del sueño de 14 países, publicó recientemente que tanto las personas con la enfermedad, como aquellas que no la padecen, tienden a soñar más a raíz del inicio de la pandemia.
Sin embargo, las personas afectadas con la enfermedad tienen más pesadillas que los no contagiados. No hay una explicación precisa ante tal fenómeno, pero se podría atribuir a la salud mental, ya que este tipo de padecimientos generalmente viene acompañado de sueños desagradables.
