El sistema respiratorio es el más vulnerable ante los contaminantes del aire, pues ahí se encuentran los alveolos, hasta donde llega el oxígeno; sin embargo, ante las recientes y comunes contingencias ambientales en el Valle de México, los pulmones no son los únicos afectados por este fenómeno.
De acuerdo con Horacio Tovalín Ahumada, académico de la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), los compuestos dañinos del aire también afectan directamente al sistema nervioso, el cerebro y el corazón.
¿Cómo afectan los contaminantes del aire al cuerpo humano?
Tovalín Ahumada aclara que aunque los pulmones son el primer destino de los contaminantes del aire, no son los únicos que padecen la mala calidad del oxígeno que respiramos. En segundo lugar, el corazón y las arterias también sufren las consecuencias.
“El segundo, el que se ve más expuesto, por donde se están transportando los contaminantes, sería el corazón y las arterias. Los contaminantes a los que nos exponemos diariamente en la ciudad también afectan mucho el sistema cardiovascular, algo que antes no se sabía.
Horacio Tovalín Ahumada
Desde la perspectiva del especialista, “al respirar, tenemos terminaciones nerviosas en la nariz, en el bulbo olfatorio, lo que hace que podamos percibir olores e inclusive el gusto. Algunos de los contaminantes, partículas muy pequeñas, también pueden entrar y llegar hasta el sistema nervioso central“.
¿Qué sucede cuando hay contingencias?
Las últimas contingencias ambientales de la Ciudad de México se debieron a partículas de ozono, destaca el experto de la UNAM, y aunque se usa para desinfectar en los hospitales, al estar presente en los contaminantes del aire, puede producir “una gran irritación“.
“La energía solar produce reacciones con las miles de toneladas de disolventes, porque la atmósfera de esta metrópoli tiene muchísimos disolventes orgánicos que se escapan de los tanques de los automóviles o que son quemados de forma incompleta por los automóviles y que eso reacciona con los óxidos de nitrógeno.
Horacio Tovalín Ahumada
El ozono tiene la capacidad de proteger a los humanos cuando está en la estratosfera; sin embargo, su efecto oxidante provoca que sea considerablemente irritante. En este sentido, las personas más vulnerables al ozono son aquellas que padecen alergias o alguna afección pulmonar obstructiva.
“También en el caso de la gente con problemas cardiovasculares y que tiene un componente de inflamación significativo, arteriosclerosis, problemas de infartos cerebrovasculares, su situación podría empeorar”, remata Horacio Tovalín Ahumada.