En la serie de”The Last of Us” de HBO, la humanidad se encuentra al borde de la extinción por un hongo llamado Ophiocordyceps Unilateralis del género Cordyceps, que es capaz de convertir a las personas en “zombis”. Sin embargo, este género de hongos parásitos sí existe en la vida real, pero sus huéspedes sólo son insectos.
¿Cómo ataca el hongo Cordyceps de “The Last of Us”?
El hongo Cordyceps, específicamente la especie Ophiocordyceps Unilateralis, es un hongo parásito que ataca principalmente hormigas carpinteras en zonas tropicales, ya sean en fase larvaria o adultos, según Elvira Aguirre, bióloga y maestra en ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
De acuerdo con la experta, este tipo de hongo “ataca el sistema nervioso y músculos de los insectos, haciéndolos ver como si fueran zombis, porque van perdiendo movimiento”. Y, una vez que el insecto muere, el hongo se reproduce y forma estructuras que salen a través de su cabeza.
“Son unas estructuras filamentosas que en determinado momento se hacen más globosas en la punta y en esa parte más voluminosa es donde se forman las estructuras productoras de esporas, para volver otra vez a infectar nuevos organismos”, explicó Aguirre.
“Por eso, es que hasta cierto punto es correcto decir que sí los vuelve zombis porque los controla, tal como lo hacen a veces los microorganismos con nosotros. O sea, no es que nos vuelva zombis un neumococo o una salmonela, simplemente, ataca tu organismo y entonces te causa daño de tal manera, que pues te duele la cabeza y ya no puedes hacer tus actividades normales. Es una cosa parecida”.
Elvira Aguirre, bióloga y maestra en ciencias de la UNAM
¿Por qué el hongo de “The Last of Us” no puede infectar a los seres humanos?
La especialista aseguró que, hasta ahora, no se conoce de algún agente patógeno, incluidos hongos, que pueda convertir a los seres humanos en zombis, pero aclaró que existen hongos parásitos que si pueden afectar la salud e incluso llevar a la muerte.
“Los hongos que son parásitos en el hombre causan diferentes tipos de enfermedades que se llaman micosis, puede haber micosis superficiales o cutáneas como las tiñas, el famoso pie de atleta, o puede haber micosis subcutáneas como la esporotricosis que es cuando te pinches, por ejemplo, un dedo con una espina de un rosal en donde van las esporas, y entonces se te hacen bolas por debajo de tu cuerpo, siguiendo tu cadena de ganglios linfáticos”.
Elvira Aguirre, bióloga y maestra en ciencias de la UNAM
Y aclaró que aunque este tipo de micosis son tratables, existen también las llamadas micosis internas que afectan tejidos internos del organismo, que sí pueden ser letales de no tratarse a tiempo.
“Puedes tener una micosis interna cuando vas a una cueva y respiras el guano de los murciélagos que es donde crece otro hongo que es patógeno y entonces se instala en tu organismo y te da una sintomatología parecida a la tuberculosis y entonces si tú no la detectas a tiempo y es tratada, te puedes morir”, dijo la experta.
Poco probable que el cambio climático desate una pandemia por Cordyceps
Sobre si el cambio climático podría ser un factor para desatar un escenario catastrófico como el que se muestra en “The Last of Us”, la universitaria dijo que, si bien, el cambio climático podría causar deshielo liberando microorganismos “que no sabemos cómo se van a comportar con la humanidad, en casos como el del hongo ophiocordyceps unilateralis con las hormigas es muy relativo que ocurrieran todas estas elucubraciones” presentadas en la televisión.
Ya que, “se tienen datos por los fósiles de que este comportamiento del hongo con las hormigas ocurre desde hace 48 millones de años”.
“El cambio climático es real y es inminente, realmente no sabemos qué puede pasar, pero yo dudaría mucho que un hongo como este ophiocordyceps unilateralis que ataca solamente insectos por un cambio climático pudiera atacar al ser humano”.
Elvira Aguirre, bióloga y maestra en ciencias de la UNAM
Finalmente, la académica universitaria, aseguró que los hongos del género cordyceps fueron vistos por primera vez por Alfred Wallace en 1850 en países asiáticos, por lo que el conocimiento sobre esta especie es relativamente reciente.