Investigadores de la Universidad de Edimburgo revelaron que reducir el consumo de carnes procesadas podría disminuir el riesgo de padecer diabetes tipo 2 y otras enfermedades, así lo dieron a conocer el pasado jueves 4 de julio en un comunicado de prensa.
De acuerdo con los expertos, reducir el consumo de carne procesada en un 30% conduciría a decenas de miles de casos menos de enfermedades cardiovasculares, diabetes y cáncer colorrectal en Estados Unidos.
Reducir 30% la ingesta de carnes procesadas significaría quitar de la dieta el equivalente a unas 10 rebanadas de tocino por semana.
Por ejemplo, al reducir la cantidad de carnes procesadas que se consumen se podría evitar el siguiente número de casos por enfermedad en los próximos 10 años:
- 350 mil 000 casos de diabetes
- 92 mil 500 casos de enfermedades cardiovasculares
- 53 mil 300 casos de cáncer colorrectal
Además, los investigadores encontraron que los hombres blancos y aquellos con un ingreso familiar anual entre $25 mil y $55 mil dólares, es decir entre 445 y 980 mil pesos mexicanos, experimentaron los mayores beneficios de salud.
¿Y la carne roja sin procesar, qué?
Adicional a investigar el impacto en la salud de disminuir el consumo de carnes procesadas, los investigadores también analizaron los impactos de reducir el consumo de carne roja sin procesar y el de ambos tipos de carne juntos.
Según los resultados, la reducción del consumo de ambos en un 30% resultó en un millón 73 mil 400 casos menos de diabetes, 382 mil 400 casos menos de enfermedades cardiovasculares y 84 mil 400 casos menos de cáncer colorrectal.
Mientras que sólo reducir el consumo de carne roja no procesada en un 30% resultó en más de 732 mil 000 casos menos de diabetes, 291 mil 500 casos menos de enfermedades cardiovasculares y 32 mil 200 casos menos de cáncer colorrectal.
Reducir 30% el consumo de carne roja sin procesar significaría comer alrededor de una hamburguesa de carne de res de un cuarto de libra menos por semana.
La variación de los resultados entre la carne roja no procesada y la sí procesada se debe en parte a que la ingesta diaria promedio de carne roja sin procesar es mayor que la de carne procesada, 47 g por día versus 29 g por día, respectivamente.
¿Cómo fue posible saber esto?
Los investigadores de la Universidad de Edimburgo, junto a científicos de la Universidad de Carolina del Norte, Chapel Hill, desarrollaron una herramienta de simulación para estimar los impactos en la salud de la reducción del consumo de carne procesada y carne roja sin procesar.
Para ello, utilizaron datos de una Encuesta Nacional de Salud de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) con la cual crearon una muestra simulada y representativa de la población adulta de Estados Unidos.
Esta microsimulación es la primera en estimar los efectos de reducir el consumo de carne procesada y carne roja no procesada (entre un 5 y un 100%) en múltiples resultados de salud en Estados Unidos.
Gracias a esto fue posible entender cómo los cambios en el consumo de carne afectan el riesgo de diabetes, enfermedades cardiovasculares, cáncer colorrectal y muerte de los adultos. Los efectos se evaluaron en la población general y por separado según la edad, el sexo, los ingresos del hogar y el origen étnico.