En el marco del Día Mundial contra el Cáncer que se conmemora cada 4 de febrero, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, ISSSTE, alerta que tener hábitos de vida saludable podrían prevenir hasta 50% de nuevos casos de cáncer.
“Si todos hiciéramos cinco cosas muy sencillas como hacer ejercicio regularmente, llevar una dieta saludable, mantenernos en nuestro peso corporal recomendado, no fumar y no consumir alcohol, cerca de 50% de los nuevos casos de cáncer se podrían evitar”, afirmó el oncólogo del Centro Médico Nacional (CMN) “20 de Noviembre” del ISSSTE, Fernando Aldaco Sarvide.
El cáncer constituye uno de los grandes retos de salud en el mundo y en México, donde ocupa la cuarta causa de muerte. En 2021, el ISSSTE registró 98 mil 42 pacientes oncológicos en tratamiento (subsecuentes y recién diagnosticados), de los cuales 65.4% fueron mujeres y 34.6%, hombres.
Esta enfermedad se trata de una patología multifactorial que genera sufrimiento a pacientes y altos costos a la salud pública, por lo que es muy importante sensibilizar a la sociedad respecto a las medidas de autocuidado destinadas a reducir factores de riesgo, así como sobre la importancia de realizarse estudios periódicos de tamizaje para detección de algunos tipos de cáncer, entre ellos, el de mama, cuello uterino y próstata, enfatizó Aldaco Sarvide.
Por su parte, el director general del Instituto Nacional de Cancerología (INCan), Abelardo Meneses García, aseguró que la exposición al humo del tabaco y de leña, dietas hipercalóricas, infecciones por virus de papiloma humano (VPH), hepatitis B y C, contaminantes ambientales, radiación solar, inactividad física y predisposición genética son factores que intervienen para que una persona esté en riesgo de desarrollar un cáncer.
Meneses García señaló que los siete pilares fundamentales en oncología son: prevención, diagnóstico, tratamiento, seguimiento, cuidados paliativos, investigación y financiamiento.
Explicó que las y los pacientes pueden recibir tratamiento tanto en etapas tempranas como avanzadas. En fase inicial, la enfermedad es potencialmente curable; en cambio, en la tardía se vuelve más complejo porque se requiere combinar quimioterapia, radioterapia, cirugía y todos los cuidados.