Las secuelas tras enfermar de COVID-19 afectan distintos órganos, lo que puede incluir al cerebro. Por ello, Eduardo Calixto, doctor en neurociencias, explicó cuáles son algunas afectaciones en las funciones neurológicas que pueden surgir después de tener una infección por el virus SARS-CoV-2.
De acuerdo con Calixto, el daño al cerebro causado por el COVID-19 es a nivel de la vascularización, es decir, de la cantidad de sangre que llega al cerebro.
“El cerebro es un órgano privilegiado, consume 20% de la sangre que saca el corazón; ningún otro órgano le pelea esta cantidad de sangre. El impacto que tuvo el COVID-19 es principalmente vascular sobre un órgano que demanda muchísima sangre, oxígeno y glucosa”.
Esto contribuyó, según el experto “a una mayor muerte neuronal en personas que tienen entre 35 y 38 años de edad”. Esto, sin embargo es una “condición [que afecta a] todos sin excepción después de esta edad, [ya que] perdemos entre cinco mil y 15 mil neuronas todos los días es como nuestro pago de factura de abrir los ojitos”.
Debido a las afectaciones que el COVID-19 tiene en la función vascular del cerebro, Calixto señaló que “disminuye la sensación de bienestar de las personas, hay un 70% de gran cansancio y eventualmente una pérdida de la memoria, esos son los principales factores que vino a mostrarnos que este virus sin ser netamente neuronal genera un efecto a distancia”.
El neurocientífico también destacó que además de síntomas del COVID-19 largo, como pérdida del olfato o cambios en la percepción de algunos sabores, los cuales pueden presentarse hasta un año siete meses después, es posible que algunas personas presenten cambios específicos en algunas regiones de interpretación de la conducta.
“Normalmente uno distingue a una persona y si nos ponen alguna cara, automáticamente decimos ‘está enojado, está molesto’ o ya le dio risa conmigo o no me reconoció, pero esta área cerebral es la que se principalmente se afecta [con el COVID-19] y entonces no podemos reconocer o empatar desde el punto de vista social y entonces es una tragedia desde el punto de vista de la comunicación social”.
Esta situación, dijo Calixto, “está modificando cómo nos estamos compartiendo desde el punto de vista social”, además de que aunado a esto “nos estamos alejando socialmente, somos menos tolerantes, menos empáticos y nuestras neuronas espejo que son las que copian muchas de estas condiciones, están siendo cada vez menos conectadas”.
El médico especialista en neurociencias advirtió que el daño causado por el COVID-19 al cerebro es irreversible.
“El daño en un 95% es irreversible, por eso debemos cuidarnos mucho”
“Otra situación que también trajo la pandemia en el campo de las neurociencias es que entre más soledad existe en las personas, va disminuyendo todavía más la memoria ya que disminuye una proteína muy importante en el cerebro que se llama factor de crecimiento neuronal derivado del cerebro que es el que conecta el neuronas”, aseguró el experto.
“El impacto es muy fuerte prácticamente son personas que empiezan a tener pérdida de la memoria, perdida de la atención, una situación de incremento adrenérgico”.
Ante esta situación Calixto asegura que lo mejor es platicar con quienes se encuentren en esta situación, involucrarlos, interactuar con ellos, y es que, sostiene “el ser humano no está hecho para tener un cerebro en soledad. Las personas que viven solas viven 10 años promedio menos que las que viven acompañadas”.
Para el especialista en neurociencias, la soledad causada por el COVID-19 “ha venido a trastornar muchísimo, ha venido a incrementar el número de enfermedades de salud mental que antes no nos habríamos esperado, tales como la depresión, neurosis o agresión. Hoy somos más agresivos y menos tolerante que hace dos años y medio”.
El experto explicó la importancia del contacto social durante y después de padecer COVID-19:
“Uno de los datos característicos es que el sistema inmunológico se vuelve loco con el virus [SARS-CoV-2]. Hay una parte en la enfermedad que se llama tormenta de citosinas que es cuando más inflamación hay, en ese momento sí se incrementa la oxitocina, que es una de las hormonas del amor y del apego y es un neuromodulador específico e inmunológico, puede contribuir a recuperarnos mejor”
¿Cómo cuidar al cerebro después del COVID-19?
De acuerdo con el experto, hay tres factores fundamentales para cuidar del cerebro:
- Dieta: la dieta es fundamental en tanto la cantidad de vitamina C y proteína que se consume.
- Ejercicio: el ejercicio es fundamental al cerebro. Incrementar la frecuencia cardiaca 45 minutos o 30 minutos ayuda el cerebro.
- Dormir: dormir más de seis horas al día ayuda en la conectividad neuronal.
- Romper rutinas: hacer cosas nuevas, motivarse para hacer cosas diferentes.
- Pasatiempos: leer algo nuevo 90 minutos diarios o escuchar música.