Un equipo chino de investigación descubrió recientemente que el aislamiento social persistente o la soledad pueden acelerar el deterioro cognitivo y conducir a un mayor riesgo de deficiencia cognitiva.
El aislamiento social es la ausencia objetiva de contacto social y una red social disminuida. En contraste, la soledad representa una evaluación subjetiva de cómo los individuos encuentran satisfacción en sus conexiones sociales.
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En qué consistió el estudio en adultos mayores
Investigadores de la Universidad Médica del Sur y del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de China estudiaron las asociaciones de los cambios en el aislamiento social, la soledad, o ambos, con la función cognitiva entre los adultos mayores.
Los expertos analizaron los datos de 7 mil 299 ancianos de la Encuesta Longitudinal China sobre Longevidad Saludable. Definieron cuatro patrones de cambio para el aislamiento social y la soledad, a saber, sin cambios, incidente, transitorio y persistente.
¿Qué descubrieron de la soledad?
El equipo descubrió también que el aislamiento social incidente, transitorio y persistente se asocia con un deterioro cognitivo acelerado. Así como un mayor riesgo de deterioro cognitivo. Asimismo, la soledad persistente se asoció con un declive cognitivo acelerado y un mayor riesgo de deterioro cognitivo.
También el aislamiento social a corto plazo o persistente con un estado de cambio de soledad diferente y concurrente acelera el deterioro cognitivo y conlleva un mayor riesgo de deterioro cognitivo, establecieron los investigadores.
El estudio se publicó en la revista Alzheimer’s & Dementia.