Las “ciudades esponja” de China, que absorben el exceso de agua mediante sistemas de alcantarillado mejorados, piscinas de filtración, humedales y espacios públicos permeables, son una “excelente política pública” para el equilibrio entre el desarrollo y la protección del medio ambiente. Así lo afirmó la arquitecta chilena Margarita Jans Báez.
Los ojos en China en sostenibilidad
“China es fundamental en temas de sostenibilidad a nivel global por la cantidad de población, por el impacto de la economía también que tiene China, es muy importante. Todos tenemos los ojos en China en el tema de sostenibilidad”. Esto afirmó en entrevista con Xinhua la académica de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Diego Portales (UDP).
La también magíster en Renovación y Rediseño de Áreas Urbanas de la Technishe Universiteit Delft, de Países Bajos, agregó que uno de los aportes importantes de China al tema urbano es la construcción de “ciudades esponja”.
“Es esta ciudad que está pensada en comprender de forma sistémica los procesos naturales del lugar donde se insertan”, indicó.
La experta subrayó que este modelo ha sido replicado y “ampliamente estudiado por distintas universidades en distintos países porque es una teoría finalmente que lo que hace es recoger y entender el ciclo del agua”.
“Hay un principio básico que es la protección del ciclo del agua. Entender estas dinámicas y aumentar la capacidad de absorción de los territorios que es lo que se ha deteriorado producto de la urbanización postindustrial”, señaló la experta.
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¿Cómo nacieron las ciudades esponja?
Para la académica, en materia de sustentabilidad, “las políticas públicas son importantes porque son las que pueden generar algún impacto real en la población”.
“Esta implementación de pilotos de ‘ciudades esponja’ es una excelente política pública que nosotros debiéramos importar pensando en que uno de los riesgos que tiene Chile. Producto del cambio climático, son las inundaciones”, advirtió.
Las “ciudades esponja” nacieron como una política pública china en 2015 para paliar las inundaciones que sufrían algunas ciudades del país asiático. Con el fin de retener el agua a través de pavimento permeable, áreas verdes especiales y la modernización del sistema de alcantarillado. O también con tejados ecológicos y jardines en las azoteas para absorber la lluvia.
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Colaboración Chile y China
“Nuestros altos niveles de impermeabilización de las ciudades (chilenas) generan anegaciones”. Lo cual, a ojos de Jans, “van a ser más frecuentes cada vez porque la intensidad de las lluvias es mucho más alta”.
“Estamos en un ambiente académico y me parece que la colaboración entre universidades es muy importante. Hay mucho conocimiento en las universidades que, a veces, no sale o que es difícil de canalizar. Creo que ahí hay una gran oportunidad de poder generar lazos y vínculos con China”, propuso la académica.