¿Te atreverías a comerlo? Hallan en tumba “queso de momias” de 3 mil 500 años de antigüedad

| 11:11 | Xinhua | Agencia Xinhua | Beijing
Queso de momias hallado en China
Se analizó el ADN de muestras de queso en una tumba. Foto: Xinhua

Las momias de 3 mil 500 años de antigüedad desenterradas hace dos décadas en la región de Xinjiang han capturado nuevamente la atención mundial. Científicos secuenciaron el ADN de tres muestras de queso encontradas en el sitio de enterramiento, revelando los secretos de los productos lácteos fermentados más antiguos del mundo.

Descubrimiento revolucionario en muestras de queso

El estudio, publicado en la revista Cell, incluye una fotografía de las muestras de la Edad de Bronce, cada una del tamaño de una tapa de botella. Los científicos extrajeron y analizaron ADN de estos restos antiguos. Confirmaron que pertenecen al kéfir, un tipo de queso que sigue siendo ampliamente consumido en la actualidad. Este queso antiguo se fabricaba fermentando leche de vaca y cabra con granos de kéfir, que contenían microorganismos esenciales, como bacterias lácticas y levaduras, para facilitar el proceso.

Un logro sin precedentes

El trabajo ha sido aclamado por la comunidad científica internacional. Algunos expertos lo consideran una “nueva frontera en los estudios de ADN antiguo“. La investigadora principal, Fu Qiaomei, del Instituto de Paleontología de Vertebrados y Paleoantropología de la Academia de Ciencias de China, destacó que el estudio permite observar cómo evolucionaron los microbios fermentativos durante los últimos 3 mil años.

El equipo de investigación también incluyó arqueólogos de la región autónoma uygur de Xinjiang y expertos en medicina reproductiva de Beijing. Fu Qiaomei, conocida como la “detective del ADN“, ha trabajado durante más de 11 años en esta investigación, utilizando sondas de ADN diseñadas por ella misma. Estas sondas aumentan la proporción de ADN objetivo, como el de las bacterias del ácido láctico, permitiendo reconstruir completamente el genoma del microbio.

Queso de momias en China
El llamado queso de momias tiene antigüedad de 3,500 años. Foto: Xinhua

Evolución de los alimentos fermentados

Los alimentos fermentados juegan un papel crucial en la vida humana moderna. Sin embargo, su evolución ha sido poco estudiada debido a la falta de materiales preservados y las dificultades para extraer ADN. Según el estudio, la secuencia del genoma de este queso es la primera obtenida a partir de una muestra arqueológica. Esto proporciona valiosa información sobre la migración y el intercambio cultural en las estepas de Eurasia Central, así como la historia de la fermentación de alimentos.

Rutas de expansión del queso kéfir

El descubrimiento también desafía la creencia aceptada de que el queso kéfir se extendió únicamente desde el norte del Cáucaso hacia Europa. Sugiere que pudo haber habido una ruta adicional desde Xinjiang hacia el interior de Asia Oriental.

Yang Yimin, coautor del estudio y profesor de la Universidad de la Academia de Ciencias de China, señaló: “Es emocionante ver cuánta información se puede recuperar de este queso. Es como abrir una ventana al pasado para entender comportamientos humanos y culturas que han desaparecido de los registros históricos”.

Hallazgo fascinante: La Princesa de Xiaohe

En 2003, se encontraron varias momias en una tumba en el desierto de Taklamakán, siendo la más famosa la de una mujer conocida como la “Princesa de Xiaohe”. Su cuerpo está excepcionalmente bien conservado, con su cabello y pestañas aún visibles después de 3 mil 500 años. Algunos rasgos faciales, como los pómulos altos, han llevado a especulaciones sobre el origen de los primeros habitantes de Xinjiang.

¿Qué papel jugó el queso en la Edad de Bronce?

Aunque los científicos aún no comprenden del todo por qué el queso se encontraba junto a los restos momificados. Estudios anteriores han encontrado queso, arroz, hierbas y mijo en tumbas antiguas. Lo que sugiere que este alimento desempeñaba un papel importante en la vida cotidiana de las personas de la Edad de Bronce.

Fu Qiaomei concluyó: “Este es sólo el comienzo. Con el uso de sondas genéticas, esperamos examinar más microbios antiguos de restos humanos y artefactos”.

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