De Tonalá para el mundo: El barro canelo sigue dejando huella

| 11:56 | Xinhua | Agencia Xinhua | Tonalá, Jalisco
Barro canelo tradición familiar en Tonalá, Jalisco
Barro canelo, una tradición familiar en Tonalá. Foto: Xinhua

La comunidad de El Rosario, en el municipio de Tonalá, Jalisco, resguarda una de las técnicas artesanales más emblemáticas de la región: el barro canelo. Esta tradición, transmitida de generación en generación, ha encontrado en la familia Pajarito a sus principales defensores. A pesar de los desafíos, mantienen viva la pasión y el orgullo por su arte.

La técnica del barro de los Pajarito

Zenón Pajarito, hijo del maestro Nicasio Pajarito, explica que la especialidad del barro canelo está en “la tonalidad de dos colores en canelo”, con un color café o sangre, y un tono diluido amarillo canario. Esta técnica artesanal, conocida por su acabado brillante y su color distintivo, involucra un proceso que mezcla diseños prehispánicos con influencias coloniales.

Las piezas de barro canelo son decoradas con figuras de animales, flores y patrones geométricos, lo que refleja tanto la herencia cultural como la creatividad de las familias que han preservado esta técnica.

Familia Pajarito y su compromiso con la tradición

El maestro Nicasio Pajarito dedicó más de 50 años a perfeccionar el barro canelo, logrando exponer su trabajo en exhibiciones tanto en México como en el extranjero. Su esfuerzo fue reconocido en múltiples ocasiones, incluido el Premio Nacional de la Cerámica en 2002.

Su hijo, José Isabel Pajarito, recuerda con orgullo cómo su padre les inculcó un fuerte compromiso con la calidad: “Mi papá nos decía: no vayan a dejar caer la calidad, porque no fue fácil llegar hasta aquí”. Este enfoque ha permitido a la familia mantenerse como un referente en la alfarería de Tonalá, adaptándose a los tiempos modernos sin perder sus raíces.

Desafíos para mantener la tradición

El barro canelo ha evolucionado a lo largo del tiempo, influenciado por el arte barroco y sacro que llegó con los españoles. Sin embargo, Zenón Pajarito explica que “mantener viva esta tradición no ha sido fácil”, ya que la escasez de materia prima ha puesto en riesgo su continuidad.

Alberto Villa, diputado federal de México, ha señalado que el fraccionamiento de tierras donde se obtenía el barro ha limitado el acceso a los materiales necesarios, lo que requiere acciones de las autoridades para preservar esta práctica ancestral. Villa también sugiere la creación de una denominación de origen para proteger la técnica y su material.

¿Cuál es el futuro del barro canelo?

A pesar de los retos, la familia Pajarito continúa innovando sin perder la esencia de su arte. Zenón lo describe como “empírico, algo natural”, destacando que siguen utilizando las pinturas originales que les enseñó su padre. Esta resiliencia y compromiso han convertido al barro canelo en un símbolo de identidad para Tonalá y México.

La tradición familiar ha sobrevivido al paso del tiempo, manteniéndose como una pasión que se refleja en cada pieza que elaboran. Aunque el futuro presenta retos, el legado de Nicasio Pajarito sigue vivo, como una pieza de barro canelo, brillante y atemporal.

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