Un total de 11 mil casas prefabricadas habían sido montadas hasta el 27 de diciembre para dar refugio a residentes reubicados en las áreas afectadas por el terremoto de la semana pasada en la provincia noroccidental china de Gansu, según la jefatura local de atención de desastres.
La provincia planea construir 15 mil viviendas de este tipo para acomodar a las personas cuyas viviendas resultaron destruidas o averiadas por un seísmo de magnitud 6.2 que se registró el lunes 18 de diciembre dejando cientos de víctimas.
Casas prefabricadas, limpias y calientitas
La casa prefabricada de Ma Fengying, en la aldea de Meipo del distrito de Jishishan, está equipada con una estufa y dos camas que tienen mantas eléctricas. Debajo de las camas hay una provisión de materiales de socorro. iincluidos fideos instantáneos y “mahua”, un alimento preparado a base de masa frita, todos cuidadosamente almacenados.
“Hace unos días tuve un fuerte resfriado y no podía levantarme de la cama. Ahora la nueva casa prefabricada está limpia y calentita y me he recuperado del todo”, dice Ma.
La noche del terremoto, la familia se apresuró a evacuar su casa y debió soportar el gélido viento invernal. Posteriormente, montaron una tienda de campaña improvisada con láminas de plástico, y unos días después se trasladaron a una tienda más resistente.
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Ocho microcentrales
Además de las casas prefabricadas, una hilera de tiendas azules sirve como estaciones de bomberos y salud. Así como de espacios para asesoramiento psicológico y gestión de otros asuntos. China Telecom ofrece servicio gratuito de Wi-Fi en la zona.
El pelotón de bomberos del distrito ha instalado ocho microcentrales en la aldea de Meipo, equipadas con unos 200 extintores. Asimismo, los efectivos patrullan cinco veces al día para prevenir cualquier riesgo de incendio.
“Ahora, con las necesidades básicas aseguradas, esperamos que nuestra nueva casa se construya rápidamente y podamos mudarnos cuanto antes”, sostiene Ma.
Wang Xudong, quien trabaja como enfermera en un hospital de Lanzhou, la capital de Gansu, regresó a su casa tras el temblor.
La vivienda de la familia de Wang en la aldea se derrumbó con el sismo, lo que supuso un duro golpe para sus padres. “Después de pasar unos días en la casa prefabricada, la vida está un poco más estable y mis padres están ahora mejor de ánimo”, afirma Wang.